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 domingo, 31 de octubre de 2004

Puerperio: La llegada del bebé

Cuando se decide tener un bebé también se elige ser madre (probablemente una de las decisiones más importantes de la vida). Se está gestando a una personita asumiendo una gran responsabilidad compartida para formar una nueva familia. Esto genera cambios personales y en la pareja por lo que resulta importante reflexionar y preguntarse qué implica ser padres, cuál es la idea y las expectativas, cómo afecta la vida cotidiana y qué sucederá en la pareja.

El embarazo es una etapa especial con cambios físicos y anímicos, temores e incertidumbres. La reacción de cada persona es diferente y singular, pero la naturaleza provee de nueve meses para adaptarse. Se trata de una experiencia que suele ser profundamente satisfactoria, pero que también implica una tarea agotadora (la idea es prepararse para ello).

Los primeros días después del parto pueden ser desconcertantes. Sería importante desde el inicio apoyarse mutuamente y requerir la ayuda de quienes se considere oportuno. En general el papá vuelve rápidamente a su actividad laboral, por lo que es aconsejable pensar con quiénes se podrá contar en esos momentos. No hay que olvidar los lazos que a lo largo del curso pre natal se hayan establecido.

Ambos padres son los que reciben al bebé lo que trae aparejado nuevas relaciones: madre e hijo, padre e hijo, además de atender a la pareja generando nuevos códigos desde diferentes roles.


Cambios hormonales
Ante la llegada del bebé, los cambios físicos y anímicos producen un verdadero impacto. A veces sucede que en ese momento las mamás se sienten angustiadas sin saber por qué. Esa angustia suele durar unos pocos días, pero si se prolonga es cuando más se necesita el apoyo de la pareja, familia, amigos y de un profesional cuando la situación lo requiera. En algunos casos las variaciones del estado de ánimo responden a cambios hormonales. Las hormonas femeninas (estrógeno y progesterona) han incrementado sus niveles durante el embarazo pero luego del parto bajan, y el organismo debe adaptarse a los nuevos registros (esto produce modificaciones sobre las emociones).

Sin embargo, lo hormonal no explica todo lo que en ese período sucede: el cansancio del parto, las pocas horas de sueño, la necesidad de la madre y de la pareja de tiempo y espacio para adaptarse a la nueva situación, algunos roles nuevos que enfrentar y ejercer, cambios de hábitos y de costumbres dentro de la casa, la pasividad repentina en relación a lo laboral sumados a los rasgos singulares de cada mujer son algunas de las situaciones que hay que aprender a sobrellevar.

Para facilitar el recorrido de ese proceso se sugiere:

* Darse tiempo y aceptar que sentirse así durante un tiempo es normal y que además pasará.

* Aceptar la ayuda de otros.

* Reconocer que ese sentimiento no es contradictorio con la felicidad de la llegada del bebé.

* Tratar de hablar de lo que se siente intentando vencer sentimientos de vergüenza o culpa.

* Compartir con la pareja las emociones manifestando lo que se necesita para sentirse mejor.

* Encontrar tiempo para estar juntos.

* Acudir a la ayuda de un profesional (en caso de que fuera necesario).

Marisa Russomando.

[email protected]



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