Efemérides

Un 27 de octubre

Guillermo Zinni / La Capital

El compositor italiano y virtuoso del violín Niccoló Paganini nació en Génova el 27 de octubre de 1782, y fue el cuarto de los seis hijos de un modesto comerciante aficionado a tocar la mandolina. Considerado como el mayor violinista de todos los tiempos, comenzó sus estudios con músicos de su ciudad natal. Hizo su primera aparición pública como niño prodigio a los nueve años, y a los trece realizó una gira por varias ciudades de Lombardía. En 1801 compuso más de veinte obras en las que combinó el violín con otros instrumentos e hizo gala de un acrobático repertorio. De 1805 a 1813 fue director musical en la corte de Maria Anna Elisa Bacciocchi, hermana de Napoleón y princesa de Lucca. En 1813 comenzó a hacer giras por Italia, donde su forma de interpretar atrajo la atención de quienes le escuchaban. En 1828 se estableció en Viena, donde conoció a Chopin y luego, en París, fascinó con su técnica a Franz Liszt, quien desarrolló un correlato pianístico inspirado en lo que Paganini había hecho con el violín. Luego de renunciar a las giras, de 1833 a 1836 dirigió la orquesta del ducado de Parma, Italia. Su técnica asombraba tanto al público de la época que llegaron a pensar que existía algún influjo diabólico sobre él. Podía interpretar obras de gran dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas de violín y continuar tocando a dos o tres voces, de forma que parecían varios los violines que sonaban. Esto indica lo cercano que estaba su arte al mundo del espectáculo. A pesar de llevar una vida disoluta que le trajo como consecuencia enfermarse de sífilis, Niccoló revolucionó la técnica para tocar violín con su uso de los armónicos, el pizzicato y nuevos métodos para los dedos y la interpretación. Entre sus composiciones se encuentran conciertos, caprichos para violín y varias sonatas, muchas de las cuales nunca fueron publicadas. Una de sus obras magistrales es el Capricho número 24, todavía difícil de interpretar para la mayoría de los músicos. Murió en Niza, Francia, el 27 de mayo de 1840, pero el obispo de esa ciudad prohibió su entierro porque Paganini había rehusado la extrema unción. El cuerpo del genio fue puesto en el sótano de la casa donde falleció, y recién en 1876 pudo ser enterrado en el cementerio de Parma.

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