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 lunes, 25 de octubre de 2004

Habría robado secretos europeos con la ayuda de traficantes alemanes
El lado oscuro del proyecto nuclear brasileño

Río de Janeiro. - La marina brasileña se valió de los servicios de traficantes de secretos atómicos que ayudaron a Saddam Hussein a montar una incipiente industria nuclear, entre ellos el alemán Karl Heinz Schaab, condenado en su país por alta traición, según el diario O Globo. Este secreto pudiera explicar la negativa de Brasil a abrir su centrifugador de uranio a los inspectores de las Naciones Unidas.

Schaab, que hoy tiene 70 años, trabajó durante 12 años en la MAN Technologien AG, empresa que en la década de 1970 desarrolló ultracentrifugadoras para enriquecer uranio para el consorcio europeo Urenco. El enriquecimiento de uranio es un procedimiento que permite lograr material radiactivo de poder suficiente como para construir un arma atómica.

El O Globo plantea la sospecha de que el gobierno brasileño se negó la semana pasada a mostrar las centrifugadoras de su planta de enriquecimiento de uranio a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) porque estos podrían haber constatado que la tecnología germana de Urenco había sido transferida ilícitamente a Brasil. Brasil invocó precisamente el "secreto industrial" de su procedimiento de enriquecimiento para no dejar que los inspectores observen las centrifugadoras.

En la década de los 80, Schaab fue condenado por "alta traición" al Estado alemán, al igual que sus socios Bruno Stemmler y Walter Busse por haber contrabandeado a Irak veinte rotores de fibra de carbono que son vitales en las ultracentrifugadoras, además de un conjunto completo del modelo TC-11 de la Urenco.

En 1982, Schaab dejó la MAN y creó la Rosch GmbH en la localidad bávara de Kaufbeuren. Entre 1988 y 1989 visitó frecuentemente Bagdad y la ciudad brasileña de Iperó, donde funciona un laboratorio de enriquecimiento de uranio, la parte del proceso en la cual se extrae plutonio, utilizado como combustible en generadoras de energía eléctrica, pero también en la fabricación de bombas nucleares.

El almirante brasileño Othon Luiz Pinheiro da Cunha, que comandó el programa nuclear secreto durante casi dos décadas, hasta 1994, admitió a O Globo que Schaab trabajó como consultor de la marina brasileña. En esa época, la marina brasileña había logrado enriquecer uranio con máquinas , pero que ya en esa época eran anticuadas.Hacia 1989, el equipo del almirante investigaba una tecnología reciente basada en centrifugadoras de fibra de carbono, con sustentación electromagnética total de los rotores, que así ahorran hasta un 30 por ciento de energía. Este proceso era similar a aquel en que Schaab había participado en la MAN, pero el almirante niega que el alemán haya participado en esa parte de proyecto. (DPA)

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