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Las garotas curvilíneas fueron desterradas de los folletos de turismo de Brasil, en el marco de una campaña contra la degradación de la imagen de la mujer y de lucha contra el turismo sexual.

La disociación no fue fácil, en un país que siempre se dio a conocer por sus bellas garotas (jóvenes) y que cuenta con kilométricas playas entre sus principales atractivos.

"Seguimos promocionando las playas, pero en lugar de colocar fotos con una mujer en bikini, ponemos a una familia, o a una madre con su hijo", dijo Jeanine Pires, directora del departamento de negociaciones de Embratur, la empresa nacional de turismo.

Según la ejecutiva, todas las compañías aéreas aceptaron las nuevas reglas de juego, y dejaron de incluir redondeces femeninas en sus folletos. Embratur también vigila de cerca cómo se vende el logo Brasil en las agencias de turismo. Si hay alguna que trata de volver a los viejos hábitos, "vamos a hablar con ella, a explicarle nuestra posición", afirma.

La campaña contra el uso publicitario de la mujer brasileña empezó durante el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002). Con la llegada del ex líder sindical Luiz Inacio Lula da Silva al poder, en 2003, se creó un ministerio de Turismo, que trata de diversificar las propuestas positivas de excursiones y actividades. También combate las propuestas negativas, mediante una célula que se ocupa específicamente de luchar contra la explotación sexual de niños y adolescentes, una de las formas del turismo sexual, que se da particularmente en el empobrecido nordeste.