| domingo, 24 de octubre de 2004 | Cartas Agradezco con un abrazo Hay determinados momentos en los que deseamos tanto agradecer a algunas personas que quisiéramos sacarlas de nuestros sueños y envolverlas en un abrazo. Eso es precisamente lo que quiero hacer hoy: rodear con mis brazos y agradecer a todas esas personas que tanto significaron en un determinado momento de mi vida. Me refiero al personal directivo y docente del Colegio Adoratrices. Llegué allí vacía de comprensión y cariño, pues fui alumna muchos años de un colegio que no supo brindarme todo lo que, creo, merecía. No fue mucho el tiempo que compartí en las aulas de Adoratrices, sólo dos años (4º y 5º años) pero fueron suficiente para sentirme y permanecer ligada a esta institución que tanto hizo para que yo pueda vivir el gozo de ser alumna. Este colegio me abrió sus puertas y el corazón. Allí me sentí contenida, comprendida, acompañada, amada. El cariño que me brindaron permitió que afirmara mi identidad, que no fuera anónima, que me sintiera segura y tranquila. Por eso en estos días cercanos al reencuentro de las ex alumnas quiero expresar todo mi reconocimiento a quienes llevan adelante la misión de educar y también muy especialmente a mis compañeras de 5º año bachiller, promoción 2001, por aceptarme y permitirme formar parte de ese grupo que, por el amor que irradia hacen realidad la amistad que propone el Evangelio.
María Virginia Nuño
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