| domingo, 24 de octubre de 2004 | Cartas Encuentro de mujeres en Mendoza En el XIX Encuentro de Mujeres en Mendoza, los días 9, 10 y 11 de octubre, escuchamos que Carmen de Patagones no está tan lejos. En muchas de nuestras escuelas, a lo largo y a lo ancho del país, los chicos repiten la violencia a la que los está acostumbrando la sociedad. Usan armas, se manejan con golpes, les cuesta escuchar. Hay desconcierto en las docentes, hay impunidad en las conductas, son inciertos los objetivos del aprendizaje. Se resquebraja lo institucional. Es difícil querer reparar un solo tema, parece que todo atañe a la escuela y que en las aulas se dan los cruces de todas las vías. Cuando en un punto de nuestra geografía, en este caso Carmen de Patagones, se convierte en referente de algo que casi nos cuesta hablar, de un hecho que nos horroriza, nos asusta, por sentirlo demasiado cerca y por el temor de que se transforme en algo cotidiano, tenemos la certeza de que la violencia no es un problema que se comienza a generar en la propia escuela, está instalado en las relaciones que se dan en la sociedad. La violencia no se origina en la propia escuela, está en las relaciones humanas. Puede ser desbaratada y ese lugar ocupado por un juego diario de poder escuchar y decir de a uno y entre todos. Esperamos sentir que la escuela, sea en Carmen de Patagones o cerca de casa, es un lugar donde se da una de las experiencias más extraordinarias por las que pueda transitar el hombre: la elaboración del conocimiento y el derecho a construirlo en libertad.
María Elena Molina, secretaria gremial de Amsafé
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