Descubren en Perú restos de desaparecidos en un cuartel

Fue una cárcel clandestina en tiempos de Fujimori

Lima. - Las autoridades judiciales de Perú descubrieron restos humanos en el incinerador del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), ubicado en el cuartel general de esa institución armada, según revela el diario limeño La República.

El hallazgo del hueso de un dedo índice se produjo durante una inspección que forma parte de las investigaciones sobre el prófugo ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) por los delitos de homicidio calificado, tortura y desaparición forzada de personas, según señala el rotativo.

De acuerdo a testigos durante la década pasada en los sótanos del SIE existía una prisión clandestina para detenidos acusados de terrorismo, la que era controlada por el entonces jefe de Inteligencia Vladimiro Montesinos, con conocimiento del presidente Fujimori. Este vive refugiado en Japón desde noviembre de 2000.

"Con los restos humanos se demostraría que el incinerador que existe en ese lugar fue utilizado para quemar y desaparecer los cuerpos de los detenidos que eran ejecutados o no sobrevivían a los interrogatorios, como lo declaró un colaborador, identificado con la clave de Testigo 1", sostiene el diario.

La muestra ósea fue encontrada el pasado 11 de junio y hace una semana, los médicos forenses determinaron que se trata del hueso carbonizado de un ser humano. Por ahora, las autoridades no han podido identificar a las personas que estuvieron detenidas en los sótanos del SIE pues eran registradas con claves o con el número de celda que ocupaban, tal como se evidencia en los registros de detenidos encontrados en los archivos de esa dependencia militar.


Detenidos y torturados
Según la fiscalía, los detenidos eran torturados con la finalidad de recabar información de los movimientos armados de izquierda armados, pero se desconoce el paradero final de esas personas. El sótano del SIE en la actualidad permanece clausurado.

Perú ha presentado a Japón dos pedidos de extradición de Fujimori, reclamado por la Justicia por crímenes de lesa humanidad y corrupción. El ex gobernante, de nacionalidad peruano japonesa abandonó el país en noviembre de 2000 en medio de un escándalo de corrupción de su gobierno, a poco de lograr una reelección que se consideró viciada de nulidad.