 | lunes, 18 de octubre de 2004 | La sorpresiva revelación la hizo un cardenal chileno poco antes de su muerte Paulo VI quiso excomulgar a Pinochet como forma de repudiar el golpe del 73 El arzobispo de Santiago Juan Fresno contó que él disuadió al Papa argumentando que los "militares eran católicos" Santiago. - El Papa Paulo VI pensó seriamente en excomulgar a Augusto Pinochet y a los altos mandos militares que lo acompañaron en el golpe de Estado de 1973, según reveló en una entrevista conocida ayer el recientemente fallecido cardenal chileno Juan Francisco Fresno.
Fresno, muerto en la noche del jueves pasado a los 90 años, dio en mayo del 2000 cuatro entrevistas a historiadores y periodistas del Centro de Investigación y Documentación en Historia Contemporánea (Cidoc) de la Universidad Finis Terrae, con inéditas revelaciones, bajo el compromiso de que el material podría hacerse público sólo después de su muerte.
En extractos que publicó ayer el diario La Tercera, de Santiago, Fresno narra que estaba de viaje por Roma en septiembre de 1973 cuando se enteró del derrocamiento del presidente Salvador Allende y que luego recibió un llamado del Papa para que fuera a verlo a la Santa Sede.
"Finalmente fui donde el Papa, quien me estaba esperando muy preocupado. Tenía un sentido político bastante fuerte, y veía con horror que se pudiera cortar drásticamente toda vía democrática con un golpe de los militares", memora el cardenal.
Tras advertir que va a "contar una cosa muy dura, muy difícil", Fresno recuerda que Paulo VI le dijo: "Mira, voy a hacer ahora, enseguida, un acta de excomunión a los militares que se han metido en esto. Esto no puede ser. Esto ha sido tremendo, no puede suceder. El caso de Chile va a tener una influencia inmensa en las otras democracias de América".
El cardenal admite que fue él mismo quien se opuso vivamente a la idea del Pontífice, argumentándole que debía esperar a tener noticias desde Chile, especialmente de la Nunciatura en Santiago.
"Cómo va a mandar usted una excomunión. Entre los militares hay gente católica, otra que no lo es...", indica el prelado que le señaló al Santo Padre.
"Yo alegaba -acota- que él debía informarse antes de dar ese paso. «Es que no me he podido comunicar», me decía. Le sugerí que tratara de hablar directamente con el nuncio, pero él de todas maneras insistía con la excomunión".
"Entonces le contesté: «Santo Padre, usted no me respeta a mí. Yo soy chileno, soy un arzobispo allá y tengo responsabilidades sobre muchos fieles, entre los que hay militares católicos. Respéteme a mí, Santo Padre». Hablé muy duro, y luego me dijo: «Bueno, por ahora no lo voy a hacer», y no lo hizo. Me parecía que no se obraba con justicia al hacer una cosa así", relata el cardenal.
Juan Francisco Fresno comentó que le pareció una reacción "curiosa" la del Papa ya que "tenía muy buenas relaciones con la Democracia Cristiana (DC)".
La referencia es a que la DC chilena, en primera instancia, no condenó el golpe de Estado pues temía que la Unidad Popular se radicalizara y, dejando la vías democráticas, intentara instalar un gobierno revolucionario. "Todos sabíamos que la DC en ese tiempo estaba a favor del golpe. Nadie, ni siquiera Pinochet, supo nunca que yo había sujetado esa excomunión. A mí me pareció que era una ofensa a Chile, y por eso traté de convencer a Paulo VI", afirma Fresno.
En 1984, Fresno sucedió al cardenal Raúl Silva Henríquez en el cargo de arzobispo de Santiago y pronto fue investido cardenal. Ejerció entre 1983 y 1989. Para sus detractores, Fresno no tenía el perfil progresista y defensor de los derechos humanos de su antecesor.
Además, lo criticaron por encabezar un proceso de diálogo entre el mundo político moderado y Pinochet, con exclusión de la izquierda marxista, aceptando el plebiscito propuesto en 1983 por el dictador para realizarse en 1989. En esa consulta popular Pinochet fue derrotado, lo que abrió el paso a la democracia en 1990.
Otros sectores sostienen que Fresno fue el cardenal de la transición y valoraron sus esfuerzos por el retorno a la democracia, y sus perennes intentos de que prevaleciera el diálogo en vez de la violencia represora y las protestas sociales de la oposición.
El gobierno chileno decretó tres días de duelo nacional por la muerte de Fresno y el presidente Ricardo Lagos despidió ayer sus restos y le agradeció al arzobispo sus "servicios prestados a la patria". enviar nota por e-mail | | |