 | lunes, 18 de octubre de 2004 | Café Tacuba dio un show discreto en una fiesta en la que brillaron Los Pericos El grupo azteca tocó pocos hits y temas de su CD"Cuatro caminos" pero no logró conmover al público Pedro Squillaci / La Capital En todos los espectáculos siempre cabe una cuota de preconcepto. A la cantante mejicana Ely Guerra nadie la conocía y era una firme candidata al abucheo, los Pericos sin el Bahiano predisponía a todos para poner mala cara ante el primer acorde, y Café Tacuba era el que tenía que acaparar todos los aplausos. Pero en el festival del Anfiteatro de anteanoche nada de esto ocurrió. Lo de Guerra, sin descollar, fue respetable; los Pericos sonaron mejor que nunca liderados por un afiatado Juanchi Baleirón; y Tacuba cumplió pero no brilló ni contagió algarabía a los presentes. Sin embargo, fue una noche en la que la suma de las partes redondeó un todo con espíritu festivo.
Es difícil lograr un resultado compacto cuando tocan tres bandas sobre un escenario. Siempre habrá una que convoque más que otra, el público jamás será homogéneo, y las horas de show suelen jugar en contra, más cuando avanza la noche, los bebés se duermen y falta para el número central.
Ely Guerra impuso sensualidad y algunas buenas interpretaciones a través de baladas y rocks que le permitieron ganarse el respeto de la concurrencia. Luego del alto desempeño de los Pericos (ver aparte) llegó el segundo crédito mejicano de la noche. Café Tacuba no es el grupo para musicalizar una fiesta de cumpleaños. Puede endulzar los oídos con una melodía transparente como "Eres" o machacar con un ritmo cuadrado con guiños heavy como "Revés", que encima fue la apertura de su show en Rosario. Aplausos tibios, una suerte de desconcierto entre los presentes y a esperar que lo que venga sea algo más agradable.
Tacuba impactó con la imagen extrovertida de Rubén Albarrán como líder de la banda, y con un buen ensamble entre el tecladista Emmanuel del Real, la solidez en contrabajo eléctrico de Quique Rangel y la guitarra de su hermano Joselo, más el aporte del baterista invitado Luis Ledesma y el violinista y guitarrista Alejandro Flores. La banda producida por Gustavo Santaolalla hizo un show de poco más de una hora, con una puesta de luces muy potente, y en donde mezcló clásicos con los temas más importantes de su último disco "Cuatro caminos".
Los picos del show llegaron con "Ojalá que llueva café", de Juan Luis Guerra, "Mediodía", "No controles" y "Las flores", pero lo más interesante fue cuando se animaron a un aire de ranchera con "Ingrata" o cuando hurgaron rítmicas mixturadas folclóricas en donde sonaron más auténticos. En "Déjate caer", Albarrán se puso una máscara y hasta arrancó una carcajada cuando junto a los otros tres Tacuba hicieron una simpática coreografía con música de Depeche Mode.
En los bises fue más que acertada la elección de "El baile y el salón", con un coro pegadizo que hizo participar al público, y "Cómo te extraño", de Leo Dan. Los Tacuba cerraron con música de fiesta, pero no estuvieron entonados en el resto del show. Quizá les faltó un poco de tequila. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Rubén Albarrán demostró su personalidad extrovertida. | | |