Testimonio judicial por el homicidio de un funcionario

Un stripper confesó ser autor del asesinato del abogado Pacheco

Santa Fe.-Un joven stripper y taxi boy de 21 años confesó haber matado a balazos al funcionario del Tribunal de Cuentas Héctor Pacheco, quien el viernes pasado fue hallado muerto en su casa con tres balazos en la nuca. Según relató el detenido ante el juez de la causa, Rubén Saurín, su intención no fue la de asesinar al delegado del Tribunal en la Caja de Jubilaciones sino sólo robarle. Pero al apoyarle el arma, que dice haber encontrado en casa de la víctima, ésta se disparó accidentalmente y una bala se incrustó en su nuca.

El abogado y contador Héctor Edgardo Pacheco, de 53 años, fue hallado muerto en su casa de Crespo al 3700 el viernes pasado. Por el crimen fue detenido el joven Gastón Gianini, quien trabajaba realizando shows eróticos y manteniendo encuentros sexuales pagos con otros hombres. En su relato ante el juez, el muchacho dijo que fue al domicilio particular del profesional, al igual que en ocasiones anteriores, para tener una sesión de sexo.

Hasta entonces, según dijo, el abogado había contratado el servicio a través de una agencia. Aunque esta vez el llamado habría sido directamente al taxi boy, quien para no compartir la ganancia con la agencia no habría informado del encuentro a sus empleadores.

Según su declaración judicial, el joven intuyó que Pacheco guardaba dinero en su casa porque había observado gran cantidad de plata en su billetera en una visita anterior. Ese motivo lo tentó al robo, lo que presumiblemente ocurrió tras un encuentro sexual. Esto explicaría por qué el funcionario fue encontrado boca abajo sobre una colchoneta y tapado con una toalla. Así lo halló una de sus hijas, que reside en Buenos Aires desde que el matrimonio se separó.

El stripper relató que encontró el revólver calibre 38 detrás de un armario. Mientras la víctima se encontraba acostada de espaldas, le apuntó en la nuca sosteniéndole fuertemente la cabeza y comenzó a pedirle dinero. Fuentes policiales dedujeron que cuando Gianini apoyo el arma Pacheco no lo tomó en serio, tal vez imaginando una broma. En ese momento se le habría disparado accidentalmente el arma y el primer balazo ingresó en la nuca del abogado. El stripper le dijo al juez que se asustó y decidió rematarlo con otros dos disparos para luego llevarse algo de dinero, un televisor, una video y algunas películas.

Pacheco habría contratado el servicio de acompañantes a una agencia de la ciudad dedicada al rubro, lo que explica que el ingreso a su vivienda no haya sido forzado: el propio Pacheco le abrió la puerta. La policía rastreó llamados telefónicos desde el domicilio a la agencia y terminó dando con el taxi boy que esa noche estuvo en la casa del barrio Roma de esta capital.

Una vez identificado fue detenido en su propia casa. Allí se secuestró un pantalón al parecer manchado con semen y sangre, dado que los disparos se produjeron a muy corta distancia. Los investigadores no descartan que el joven se haya subido a horcajadas sobre la espalda de Pacheco y le apoyara el arma sobre la nuca. Ante el juez Saurín, el joven afirmó que no tuvo la intención de matarlo sino sólo de robarle dinero.

Gianini admitió también que las colillas encontradas en la casa fueron de cigarrillos consumidos por él, dado que el abogado no fumaba. Y que tiró el arma con la que asesinó a su cliente frente al Parque Garay. Ambos elementos otorgaron verosimilitud a su relato.

Mientras se esperan las pruebas de ADN del pantalón de Gianini, la policía buscaba el arma homicida. Las pericias ya descartaron que otra arma encontrada en el lugar fuera la usada para cometer el crimen. El acusado relató que tiró el arma en el Parque Garay, pero hasta anoche los rastrillajes en ese paseo habían resultado negativos.

Si bien no hubo declaraciones oficiales sobre el caso, algunos investigadores consideraron que estaría definitivamente aclarado. Con esto, quedaría descartada la hipótesis que inicialmente relacionó el crimen con la función que Pacheco cumplía en el Estado santafesino. Se mencionó una investigación sobre manejos o faltantes de fondos en la Caja de Jubilaciones, donde Pacheco estaba destinado como delegado del Tribunal de Cuentas.

La casa donde el funcionario fue asesinado.