Europa refuerza su apuesta hacia la agricultura de conservación

SD en España: en busca del suelo perdido

Las jornadas de agricultura de conservación en Albacete mostraron a ese país como líder del cambio europeo

Leonardo Stringaro / Víctor Merlín

En el último año los productores europeos cambiaron su visión sobre la Argentina, y ya no la ven más como el país de los transgénicos y una agricultura intensiva compuesta por 16 millones de hectáreas en siembra directa.

Sucede que se ha empezado valorar la experiencia lograda por el mejoramiento del recurso suelo con materia orgánica, la continuidad de la evolución natural y el incremento de nutrientes mediante prácticas como la integrada por sistemas superiores a la agricultura conservacionista.

Un cambio, cuyo objetivo fundamental fue demostrar que esta agricultura permite ahorrar un 50% del agua y, al mismo tiempo ayuda a mejorar los acuíferos de muchas regiones limitadas por condiciones climáticas, entre las que se destacan varias zonas de España, Italia y Francia.

Como ejemplo, está la segunda Jornada Iberoamericana realizada en Albacete (España), donde un grupo de técnicos argentinos confirmó que hace varios años se vienen evaluando regiones donde la aridez muestra suelos muy diferentes. Existe un 30% de piedra y la profundidad de los perfiles llegan a 40 metros. Aunque la mayor preocupación pasa porque estas tierras tienen más de 1.000 años de agricultura con labranzas, los investigadores están convencidos que la recuperación productiva sólo podrá lograrse bajo otra forma de trabajar la tierra, con una total incorporación de la siembra directa.

"Argentina ha generado un camino basado en la difusión de su agricultura por el mundo y la posibilidad de vender el conocimiento y diversos productos indispensables para esta forma de cultivar la tierra.

La experiencia más avanzada en Europa se viene dando en España, y este año se ha iniciado un trabajo conjunto con el ayuntamiento de Castilla La Mancha, en zonas de alta producción de maíces caracterizadas por un buen manejo de agua", explicó Martín Ambrogio (Aapresid).

Algo de esto se relaciona con la entrada en vigencia de las nuevas normas de la PAC que ha comenzado a diagramar sus esquemas productivos con agricultores europeos y funciones sumamente relacionadas al mundo empresario. Es decir, se esta formando una generación de productores orientados a prácticas que respeten el medio ambiente. Lo mimos que las industria del sector, actualmente reguladas por medio de prohibiciones a ciertas actividades que pueden ser perjudiciales al ecosistema.

El punto clave se denominada "eco-condicionalidad" y no es más que una herramienta para salir de las consecuencias que ha dejado sobre suelo europeo el laboreo intensivo, la remoción de tierras y la quema de rastrojos como práctica común hasta hace pocos años.


Líderes de la tierra
En este momento España es uno de los líderes europeos en agricultura de conservación y la técnica de siembra directa están dando sus primeros pasos firmes. Por detrás se asoma Portugal, como posible región donde se realicen las "Terceras Jornadas Iberoamericanas de SD" en el año 2005.

La urgencia y entusiasmo de muchos productores, responde al claro llamamiento a la productividad y la protección del medio ambiente que se hace desde Bruselas.

Está claro que la paulatina pero determinada reducción de las ayudas europeas a la agricultura de muchos países (España, Francia, Portugal), exige cada día una reacción por parte de los agricultores, teniendo en cuenta que en la agricultura de conservación quizás se encuentren las últimas partidas presupuestarias de las ayudas, antes de que éstas se retiren para siempre.

A pesar de todo, todavía puede verse a muchos agricultores cambiando las piedras de lugar para pasar el arado, otros que queman rastrojos y, los más visionarios se han decidido por la siembra directa.

El cambio está en marcha. Y el sistema que funciona en Argentina, Australia, Estados Unidos, Brasil y Canadá va ganando terreno en otros continentes. No están exentos los problemas de la cultura urbana europea que no deja de mirar sobre sus hombros a sus vecinos del campo integrados en una modernidad que busca con urgencia una solución a los crecientes problemas de contaminación que genera el nivel de vida del primer mundo.

Técnicos argentinos mostraron los suelos.