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 miércoles, 13 de octubre de 2004

Masiva concurrencia a los cursos para dejar de fumar
La actividad organizada por la Municipalidad propone un estilo de vida más sano y ejercicio físico. La estrategia se basa en el fortalecimiento de la voluntad

"Luego de 35 años en los que fumé 50 cigarrillos diarios, ayer logré dar sólo tres pitadas", confesó uno de los asistentes a los talleres para dejar de fumar organizados por la Secretaría de Salud Pública municipal. La confesión se llevó el aplauso unánime de sus compañeros del taller que en total suma 450 participantes. Los talleres están a cargo de profesionales de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Adventista del Plata (Entre Ríos) se enmarca en un plan de prevención del tabaquismo que una vez lanzado logró alta adhesión de parte de los rosarinos, agotando rápidamente los cupos disponibles para este mes y el próximo.

Los talleres se dictan durante cinco días en forma paralela y gratuita en tres lugares de la ciudad. Médicos, psicólogos, terapeutas y educadores reciben a los participantes en el Centro Municipal de Distrito Sur (Uriburu 637), en el Cemar (San Luis 2020) y en el auditorio de la Fundación Coinag (Rondeau 3633). El próximo comenzará el 4 del mes venidero y ya se abrieron programas alternativos en los barrios.

El licenciado Luis Horacio Rosales, coordinador general de los cursos, explicó a La Capital la razón del éxito de los talleres. "La persona debe ejercitar la voluntad y contar con razones contundentes para dejar de fumar, sin aumentar de peso. Los que llegan más decididos son los que seguramente lo van a lograr", subrayó.

"Muchos llegan al curso porque saben que deben abandonar el tabaco indefectiblemente porque presentan síntomas, desde los más leves como bronquitis hasta más graves como enfisemas pulmonares, que son irreversibles", comentó el coordinador.


Desde el primer día
El primer día del curso los profesionales invitan a los asistentes a tirar los cigarrillos. Según Rosales "es más efectivo que dejar de a poco, porque si es de a poquito es más doloroso que si se hace de una vez. Ese es el desafío".

Desde ese momento comienzan a trabajar directamente con la abstinencia. Sin caer en argumentos burdos o groseros los médicos explican claramente los daños que el tabaco produce en el organismo. También utilizan material gráfico y se organizan grupos de autoayuda, con el fin de ofrecer el apoyo necesario a cada persona. En cada encuentro se mide la presión arterial para comprobar la mejoría.


Abstinencia
Calambres, ansiedad y dolor de cabeza son algunos de los síntomas que presenta la abstinencia y que en contados casos reclaman la visita a un médico. Esta se produce por la fuerte necesidad de alcaloides. "Esto sucede por varios días. Se producen picos de 3 minutos, pero superados esos momentos se podrá ir abandonando el hábito", explicó el especialista.

Quien logró no fumar al tercer día, está comprobado estadísticamente que no vuelve a hacerlo en el 90% de los casos. Uno de los pilares del curso se basa en fortalecer la voluntad. A partir de la decisión de dejar de fumar se habla del tema grupalmente y cada participante ejercita un programa con pautas concretas para la vida cotidiana hasta que se produce el próximo encuentro.


Dietoterapia
Paralelamente se ofrece una dietoterapia que recomienda eliminar alimentos como café, té negro, mate, bebidas alcohólicas y alimentos picantes porque estimulan la necesidad de alcaloides. A la vez, recomiendan beber abundante agua para eliminar la toxicidad del cuerpo.

En las primeras 24 horas los asistentes al curso comienzan a normalizar la presión arterial. Junto con esto experimentan una fuerte tos, lo que que indica que están recuperando la acción natural del pulmón.

"Básicamente se trata de reestructurar un estilo de vida. Aprender a alimentarse, realizar actividad física y evitar los tóxicos", explicó Rosales.

El curso finaliza con la asistencia del participante y un familiar para generar un respaldo a quien decidió dejar de fumar. Los profesionales luego realizan un seguimiento para comprobar la efectividad del método.

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Pulmón del que fuma (arriba) y de quien no lo hace.

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