| miércoles, 13 de octubre de 2004 | La Real Academia aprobó el Diccionario Panhispánico de Dudas San Millán de la Cogolla (España). - Después de cinco años de trabajo, los miembros de las 22 Academias de la Lengua Española aprobaron hoy el texto definitivo del Diccionario Panhispánico de Dudas, cuyo objetivo es resolver las incertidumbres que plantea un idioma compartido por 400 millones de personas.
El diccionario, cuya edición digital será presentada en el III Congreso de la Lengua, que tendrá lugar en Rosario del 17 al 20 de noviembre próximos, consta de 7.000 entradas en las que se solucionan problemas relacionados con la acentuación, dicción, sintaxis y uso de vocabulario, entre otras cuestiones.
La edición en papel será publicada por el Grupo Santillana en mayo de 2005, poco antes de la Feria del Libro de Madrid.
El texto definitivo de la obra, considerada "una radiografía del español vivo", fue aprobado en una reunión presidida por el príncipe heredero Felipe de Borbón en el Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla, en la norteña región española de La Rioja.
En la sesión plenaria participaron los representantes de las 19 Academias Iberoamericanas, así como de la Norteamericana, la Filipina y de la Real Academia Española (RAE).
"El Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD) ha sido consensuado línea por línea entre todas las Academias y responde a una política lingüística panhispánica", resaltó el director de la RAE, Víctor García de la Concha.
En sus palabras, "las Academias tienen el deber de servir a la unidad del idioma y a partir de ahora todos los trabajos sobre el español, como la nueva gramática que estará terminada en 2005, serán consensuados por las 22 instituciones".
El secretario de la Asociación de Academias de la Lengua Española, el puertorriqueño Humberto López Morales, destacó que en el DPD "se ha tratado de conjugar la unidad y la variedad porque se quiere respetar la diversidad cultural" de los pueblos de habla hispana.
El director de la Academia Argentina de la Lengua, Pedro Luis Barcia, explicó que en el español no hay tantos extranjerismos como se podría pensar y que éstos apenas ascienden a poco más de 130.
De éstos, los expertos decidieron aceptar los que ya son de uso cotidiano, españolizándolos, como por ejemplo campin -por camping- y respetar otros que no tienen equivalente, como jazz o ballet. (DPA) enviar nota por e-mail | | |