| martes, 12 de octubre de 2004 | Editorial Prevención del riesgo cardíaco Tras serios estudios, sorprendentes revelaciones de especialistas arrojan datos alarmantes sobre la propensión de los argentinos al infarto. Urge ocuparse de la prevención, tanto desde el lugar de cada uno como desde las políticas de salud.
El XXXI Congreso Argentino de Cardiología realizado en Capital Federal arrojó un informe inesperado y al mismo tiempo preocupante sobre la salud de la población: un test realizado a 168 pacientes sin síntomas demostró que el 86 por ciento posee un riesgo mayor que el normal para su edad de padecer enfermedades cardiovasculares. Es decir, ocho de cada diez personas tienen signos de riesgo cardíaco.
El estudio fue realizado por el médico holandés Jacques Barth, especialista en diagnóstico por imágenes, quien creó una técnica que determina el riesgo que tiene una persona de padecer un ataque al corazón en los próximos seis años. Para Barth, el resultado es pésimo y obedece fundamentalmente a la vida sedentaria y a los hábitos alimentarios. Pero sorprende aún más del informe que las personas evaluadas, cuya edad promedio es de 54 años, son de clase media y alta y en su mayoría con estudios universitarios. Se infiere que si este sector —bien informado sobre los riesgos del sedentarismo— tiene tan alto porcentaje, las cifras sobre las clases bajas pueden ser catastróficas.
El informe obliga a revisar con rigurosidad la política de prevención que se viene aplicando desde distintos secretarías de salud del Estado. Es cierto que en los últimos años la crisis económica ha tirado para abajo todos los indicadores, pero la incipiente recuperación facilita la instrumentación de acciones encaminadas a defender la salud de los argentinos.
Paralelamente, y sin quedarse a esperar la llegada de tales medidas, cada uno debe incorporar a su vida buenos hábitos alimenticios y actividad física con adecuada supervisión médica. La prevención lleva tiempo, pero es el mejor camino: argumentar que "no se puede" por los avatares de la vida moderna conduce directamente a donde nadie quiere. enviar nota por e-mail | | |