| martes, 12 de octubre de 2004 | Ley de lemas Y finalmente sucedió, los representantes del pueblo no anularon la ley de lemas. Por lo tanto, los que estén en contra de dicha ley sólo tienen que hacer huelga. Es decir, no votar mientras se mantenga en vigencia. Por supuesto, aparecerán los que van a decir que así se favorecen, que les conviene, etcétera. Pero la realidad es no convalidar algo repudiable. Si en última instancia -gane quien gane- seguirán pensando en ellos y no en el pueblo y sus múltiples problemas. Ese es el único plebiscito y el más barato. Nos quedamos en casa y vemos cómo se pelean entre ellos para tener un cargo jugosamente rentado. Pero sin avales. En paz, como Mahatma Ghandi.
Doctor Roberto Feldman
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