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 lunes, 11 de octubre de 2004

Con información muy precisa se llevan $35 mil de una distribuidora avícola
El atraco, el tercero en 3 años, no fue denunciado en la comisaría. Los encargados lo harán en Tribunales

El sábado a la tarde una distribuidora de pollos de la zona oeste de la ciudad ya estaba cerrada cuando un hombre golpeó a la puerta interesado en comprar productos avícolas. El empleado que lo atendió le franqueó el paso y detrás del desconocido entraron en acción otros tres sujetos. Con un acabado conocimiento de los movimientos de la empresa, subieron al primer piso y recogieron los 35 mil pesos que estaban destinados al pago de un proveedor. Tampoco se salvaron del atraco los cinco empleados que estaban en ese momento. Impotentes, vieron cómo los bribones vaciaban sus bolsillos y se llevaban los anticipos de sueldo que acababan de cobrar. El atraco ocurrió a unas dos cuadras de la subcomisaría 22ª y, según contó el encargado de la firma, no fue denunciado en esa dependencia policial sino que realizarán la presentación en los Tribunales provinciales la mañana de hoy.

A las 14 del sábado, la distribuidora mayorista Avícola Melina, ubicada en Carranza 864 (Santa Fe al 7700), en el barrio Súper Cemento, ya había cerrado sus puertas al público. En la planta alta del local cinco empleados contaban los billetes para pagarle a un proveedor de vacunas cuando alguien golpeó el portón de ingreso.

Al trabajador que abrió la abertura le resultó familiar el rostro del hombre con el que se encontró apenas bajó. Era la misma persona que anteayer a la mañana había llegado preguntando por un empleado. Aunque esta vez la excusa fue otra: dijo que quería comprar pollos.

El empleado no tuvo tiempo de pronunciar palabra. El sujeto lo encañonó con una escopeta de caño recortado, pateó la puerta y entró al depósito, donde estaban apilados cientos de cajones con pollos eviscerados. Detrás de él ingresaron tres cómplices.

Con rapidez, tres de los maleantes se dirigieron a las oficinas situadas en el primer piso. Allí los otros cuatro empleados quedaron inmóviles cuando el caño de una pistola 9 milímetros los apuntó. "Tírense al suelo", gritó uno de los delincuentes.


El día indicado
Desde el suelo divisaron cómo dos de los ladrones revolvían los cajones de los escritorios para apoderarse del efectivo. "Los tipos tenían el dato de que había dinero. Además vinieron el día que más se vende", explicó Diego, el encargado de la firma.

Los bribones no ocultaron que manejaban información acerca de funcionamiento de la empresa. "Sabemos que hay más plata", repetían cuando ya embolsaban los 35 mil de la recaudación y una chequera en blanco.

En realidad no había más dinero. Entonces, les tocó el turno a los empleados. Billeteras, tarjetas de crédito y la llave del auto de uno de ellos pasaron a engrosar el botín de los maleantes.

Desolados, los empleados vieron cómo los ladrones se llevaban los 500 pesos que habían cobrado a cuenta del sueldo. Todo transcurrió en escasos minutos pero "a nosotros nos pareció eterno", se lamentó Diego.

Los ladrones se marcharon por el portón de ingreso y desaparecieron por la calle Carranza en el Peugeot 504 de color bordó en el que habían llegado. En ese mismo vehículo, según contó una fuente policial, uno de los sujetos llegó el sábado a la mañana a la distribuidora de pollos preguntando por un empleado a estudiar el terreno.

A pocos metros del ingreso al depósito una cámara de seguridad registra los movimientos, pero, según contó el vocero consultado, los pasos de los maleantes no pueden ser observados porque no quedaron grabados. Lo que sí sonó fue la alarma y entonces acudió al comercio una patrulla del Comando Radioeléctrico cuando los cacos ya se habían esfumado.

En el mediodía de ayer Diego estaba tan angustiado como sorprendido por el atraco. Señaló que no lo denunciaron en la subcomisaría 22ª. Un portavoz de esa seccional lo confirmó. El encargado no lo dijo explícitamente pero pareció que tenía algunas dudas acerca del accionar policial. "No responsabilizo a la policía, pero esto es muy raro. Hace poco a una de las empleadas la robaron en su casa. Le dijeron que sabían que tenía plata, dónde trabajaba y cómo se llama el dueño de la empresa", recordó.

Diego también señaló que hoy realizarán una presentación por el atraco en el juzgado de Instrucción de turno. "Solamente denunciamos que a una compañera le robaron la cartera con el documento", comentó.

El encargado también recordó que la empresa ya sufrió tres robos desde que comenzó su actividad comercial hace tres años. El penúltimo ocurrió seis meses atrás cuando desconocidos ingresaron de noche por el techo y se llevaron 20 mil pesos de las oficinas.

Ayer, los efectivos de la subcomisaría 22ª actuaban de oficio, pero no tenían pistas que conduzcan a los autores del robo calificado.

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Hace seis meses, la distruidora fue asaltada de noche.

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