Año CXXXVII Nº 48537
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Escenario
Policiales
Página Solidaria
Cartas de lectores


suplementos
Ovación


suplementos
ediciones anteriores
Salud 06/10
Autos 06/10
Turismo 03/10
Mujer 03/10
Economía 03/10
Señales 03/10


contacto

servicios

Institucional

 lunes, 11 de octubre de 2004

Favio Posca presentó "El Perro que los parió" en Rosario
Los altibajos de un transgresor
El actor hizo dos funciones en La Comedia en donde alternaron los momentos atractivos y los deslucidos

Pedro Squillaci / La Capital

Favio Posca dice lo que se le canta. Y el que no lo sepa corre el riesgo de que le pase lo que le pasó a una pareja, que en la función del jueves en La Comedia se levantó y se fue. Es más, pocos se dieron cuenta, y hasta forma parte del juego que propone el artista en "El Perro que los parió". Posca hace participar al público a través de muchos de sus personajes, y los invita a la reflexión y a la diversión. Por momentos, es una máquina de decir verdades, por más duras que sean, y cuánto más crueles, mejor. Lo innecesario fue el abuso de un lenguaje chocante en la mayoría de sus personajes. Hubiese sido más efectivo focalizarlo en algunos monstruitos y no usar la misma estética para todos. La grosería, utilizada como común denominador, terminó opacando el resultado final.

"El Perro que los parió" es un clásico entre los unipersonales. Posca logró ese mérito a partir de un personaje tan simpático como zarpado y entrañable. En ese Perro está el mejor Posca. El Perro las tiene todas: es tullido, atorrante, drogón, trucho, para el sexo le gustan las mujeres pero no desprecia a los varones. Y tiene una impronta canyengue muy argentina, del tipo ganador, a pesar que en el fondo es un gran perdedor.

La esencia del Perro también se respira en Ezequiel, un villero que no se calla nada, y quizá el personaje que trasluce más moralejas. Es el que más le pega a la clase media y el que provocó mayores silencios reflexivos en la sala.

La virtud de Posca es también un defecto. Porque él muta en otros seres, pero es imposible despegarlo del actor, dado que Posca ya es todo un personaje.

Sin embargo, Posca no supo explotar su potencial histriónico con la suficiente efectividad. Tanto Pamela, la cheta rica, como Mirya, el travesti marplatense, terminaron redundando en lo mismo. Detrás de la locura de cada uno y el karma discriminado de cada personaje se exageró con la obsesión por el sexo oral y algunos chistes escatológicos muy cercanos al mal gusto, que se percibió también en sus deslucidas canciones. Pero sería injusto decir que lo de Posca es malo. Sólo que si no pule la temática de sus criaturas, corre el riesgo de aburrir. Y justo se trata de un artista que supo ganar un espacio por saber hacer un humor diferente.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

guía tv
cartelera
Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Posca brillócon el Perro y Ezequiel pero tuvo a la grosería como común denominador.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados