Saber elegir

En oportunidades necesitamos recurrir a un profesional para resolver un conflicto. Se trate de un médico, por cuestiones de salud, un contador, si se trata de problemas administrativos, un abogado si el problema es judicial. En todos los casos creo que hay que saber elegir, obtener referencias, saber de su idoneidad, dignidad, honestidad, sentido común. Escribo estas escasas líneas en el espacio que se le brinda al ciudadano común en base a una experiencia negativa que tuve que vivir tal vez por no haber tenido en cuenta lo mencionado anteriormente. Experiencia que sólo comento entre amigos. Mi conclusión, que hago extensiva a todo aquel que quiera adherir a ella, es que: en cualquier caso, ya sea banal o importante, es necesario tener en claro a quién o quiénes vamos a elegir para que nos ayude a solucionar nuestros problemas, que sean aliados y no enemigos, que se comprometan, que pongan en juego sus conocimientos, como también que no alteren nuestra integridad económica y emocional.

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