Distinguen a dos artistas rosarinos en Córdoba

Alejandra Tavolini y Román Vitali tuvieron menciones en la Cultural Chandon. Estela Izuel ganó el premio

Fernando Farina / La Capital

"Amalia y su madre", una fotografía de la poco conocida artista platense Estela Izuel, ganó el primer premio de la Segunda Cultural Chandon que este año se realizó en el Museo Caraffa de Córdoba. Dos rosarinos estuvieron entre los seis mencionados por el jurado, que incluyó como integrantes internacionales al brasileño Ivo Mesquita y al chileno Justo Pastor Mellado.

El concurso abierto a todas las disciplinas reunió obras de artistas de todo el país, con la particularidad de que el jurado decidió premiar en mayor medida fotografías, por la importancia de los envíos, y prácticamente dejó de lado a producciones más relacionadas con la belleza y el diseño, que caracterizan a gran parte de las obras que se vienen haciendo en los últimos años en Argentina.

Los rosarinos premiados fueron Alejandra Tavolini, quien de esta manera recibió una de sus primeras distinciones en concursos nacionales, y Román Vitali, quien ya posee una extensa trayectoria y acaba de inaugurar una exposición individual en la galería Ruth Benzacar de Buenos Aires.

La obra de Tavolini, que no tiene título, es un óleo pastel sobre una colcha, que utiliza como soporte de varias imágenes de una pareja real. Se trata de una serie de encuentros y desencuentros, con la particularidad de que lo rostros están desvanecidos y no son reconocibles.

Vitali presentó "Transmisión", una instalación lumínica realizada en tubos fluorescentes enfundados en cuentas acrílicas, donde hace alusión a la relación entre un padre y su hijo. Tomados de la mano, una serie de ojos, son transferidos de un cuerpo al otro.

Otro de los premios del jurado fue para la cordobesa Adriana Bustos, quien decidió enviar un retrato fotográfico de un típico caballo de cartonero con el fondo de un emblema de La Docta: una de las esculturas pergeñadas por el pintor Antonio Seguí.

Raúl Flores, otro cordobés residente desde hace años en Buenos Aires y últimamente en Barcelona, ganó otra mención por "Ramblas" donde muestra en una serie de fotos las gorras y cajas dejadas en las calles catalanas por los "hombres estatua" para recibir monedas de los turistas.

También el santafesino Marcos López recibió una mención por una significativa fotografía -"Hospital"-, que muestra a siameses y hace alusión en parte a su hermano mellizo que murió a poco de nacer.


La pintura pequeña, mejor
Un curioso conjunto de cinco pinturas de pequeña escala (de 10 por 15 centímetros) realizadas por el tucumano Darío Peredda se quedó con una distinción en franca competencia con otras ampulosas telas de más que generoso tamaño. A la manera de Turner, pintó en sucesión el despegue de un cohete.

La mención del público fue para Juan Manuel Mathé con una sorprendente instalación: "Proyecto para un cachetazo perpetuo". En un pequeño monitor instalado sobre un disco, aparece él mismo mirando de frente, de golpe una mano aparece en escena y le da un cachetazo. Con el golpe el monitor gira en la misma dirección del impacto, quedando en otro lugar. La escena vuelve a repetirse en un sentido o en otro, en tiempos diferentes que producen una atracción inevitable para el espectador.

Estela Izuel ganó el premio.