| lunes, 30 de agosto de 2004 | Las sesiones de terapia psicoanalítica por Internet generan polémica La terapia por Internet, a través del chat o del mail, cobró fuerza en Argentina durante los últimos tiempos y promete expandirse, a pesar de las encendidas polémicas que genera entre psicólogos y psiquiatras.
Los detractores del sistema consideran que se trata de una modalidad terapéutica "poco seria" que elimina el contacto cara a cara y la posibilidad de incorporar los gestos y las reacciones espontáneas en el análisis del profesional sobre el paciente.
Quienes impulsan este tipo de sesiones virtuales sostienen, en cambio, que Internet es un "modo de comunicación novedoso" y una herramienta más que puede "sacar de apuros" y asistir de manera inmediata a una persona en problemas.
Hay un punto, no obstante, sobre el que los expertos consultados no discrepan: por más tiempos modernos que se vivan, analizarse a través de la red de redes sin antes haberse visto los rostros al menos un par de veces es lisa y llanamente "una chantada".
Sara Zusman de Arbiser, de la Asociación Psicoanalítica Argentina, hizo sesiones de terapia por Internet luego de recibir al paciente en el consultorio y destaca que uno de ellos le ha llegado a revelar por chat "cosas que cara a cara no se había animado a decir nunca".
"Haciendo sesión por Internet se pierden los gestos pero cuando no hay otra alternativa es un recurso más para que no se pierda el diálogo", sostuvo, y contó que atendió por chat a una embarazada que debía hacer reposo y a un joven de 18 años que consiguió trabajo en Estados Unidos y no quiso dejar la terapia.
Freud mismo, recordó, analizaba a sus discípulos a través de cartas. "Entonces -se preguntó- por qué no usar esta vía que nos brinda la tecnología que nos da una interacción más dinámica y un diálogo más fluido que la carta".
Desde el lugar de quienes miran con desconfianza a la terapia virtual, Silvia Dibiasi, de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, concedió: "El chat o el mail sólo sirven como consulta o ante una situación puntual pero no para hacer una terapia continuada; eso es directamente poco profesional y hasta una falta de ética grave".
Según la psicóloga, el principal problema actualmente es que "cualquiera que tenga ganas y programas ofrece este tipo de servicios sin que la persona que está del otro lado tenga garantías".
"Lo más grave de todo es que el ejercicio legal de la psicología no está regulado ni organizado en nuestro país y como no hay legislación se corre el riesgo de encontrarse con cualquier persona que asegura tener matrícula y no la tiene", alertó la profesional. (Télam)
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