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 lunes, 30 de agosto de 2004

Poda, no mutilación

En respuesta a la carta publicada por la señora Jorgelina de Paladini con fecha 4 de agosto del corriente año, los vecinos integrantes de esta comunidad, reconocemos y felicitamos el admirable intento de la señora de Paladini de proteger los árboles y la vegetación de ésta nuestra ciudad. No podemos negar que los árboles ofrecen un espectáculo maravilloso a la vista de los ciudadanos. No podemos negar que su frondosa copa nos brinda oxígeno, frescura y cobija del frío y del calor a la fabulosa variedad de pájaros. No podemos negar que una ciudad sin árboles sería una multiforme torre de cemento. Tampoco podemos negar que los árboles son seres vivos que conviven con nosotros en una perfecta relación de mutualismo y armonía. Es por eso que su mutilación sin sentido sería un acto deshonroso. Sin embargo, en el afán de proteger a estos espléndidos individuos se ha perdido de vista que nuestro accionar debe estar orientado a reafirmar lazos de solidaridad entre nosotros, primando la protección y seguridad de las personas que integran esta sociedad, antes que otros organismos. En cumplimiento de su deber cívico, la comisión directiva del Club Náutico Rosario actuó como es su costumbre, de la manera que consideró más responsable en pro del bienestar de todos, solicitando el correspondiente asesoramiento técnico y orientado su acción a solicitar la poda (no mutilación) ante las autoridades pertinentes, ya que como resultado del asesoramiento solicitado se concluyó que el árbol constituía un peligro debido al desprendimiento y caída de ramas. Toda poda efectuada con idoneidad de ninguna manera constituye una mutilación del árbol, por cuanto tiende a ordenarlo y a evitar como en este caso accidentes previsibles. Por último, queremos asegurar a la comunidad que el señor Aldo Pellegrini, en representación de la institución, actuó de la manera que consideró más sabia y prudente, librada de toda malicia y arbitrariedad, pensando en el bien común.

Rubén Raúl Funes



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