Un viajante rosarino lleva diez meses preso en el Chaco esperando un juicio oral

La historia oscura de un cautiverio

Walter Piazza fue implicado en un robo en la localidad de La Clotilde. La Justicia afirma que ayudó a losladrones a escapar. El dijo ser inocente y acusó al intendente, la víctima de ese atraco, de haberlo torturado

Andrés Abramowski / La Capital

Walter Osvaldo Piazza partió desde Rosario rumbo a Chaco junto con un empleado en un viaje más de los que venía haciendo hacía más de un año, cuando había iniciado su actividad comercial como revendedor. El pasado 29 de octubre, en uno de los pueblos del itinerario, dos rosarinos asaltaron la casa del intendente y el viajante fue acusado -y luego procesado por la Justicia de Instrucción- de haber participado ayudando a escapar a los delincuentes. Desde hace diez meses está preso en esa provincia esperando el juicio oral, mientras su esposa sostiene que "no sólo no tiene nada que ver con el asalto, además fue torturado en la comisaría por el intendente" Víctor Gasko. Este negó la acusación al sostener que "es una mentira pergeñada para ejercer presión sobre la Justicia" ante la inminencia de las audiencias.

Piazza tiene 40 años y comparte 5 hijos con Fabiana Almaraz. Según la mujer, hasta hace diez meses sus vidas parecían signadas por el progreso: Walter había cambiado su trabajo en empresas contratistas de alumbrado para dedicarse por completo a la compra y venta de mercaderías, rubro al que había ingresado como distribuidor de galletitas. Pero desde hace diez meses, Fabiana alimenta a sus hijos gracias a un plan social y una granja que puso en la casa luego de vender un auto.

La mujer contó que Piazza iba a la localidad chaqueña de Sáenz Peña a ver a un cliente, pero primero pasaron por La Clotilde, donde su empleado Daniel Canteros tiene parientes. La visita coincidió con un violento robo a mano armada en la casa de Gasko, de donde dos hombres se llevaron al menos unos 40 mil pesos y su camioneta, luego abandonada.

Según el auto de prisión preventiva que el Juzgado de Instrucción de Villa Angela dictó contra Piazza, Canteros y los presuntos autores materiales del delito, Carlos Roberto de los Santos y Roberto Carlos Britos, los cuatro habían viajado desde Rosario en la camioneta Renault Express azul de Piazza. "Almorzaron en un comedor de la localidad de San Bernardo y luego se dirigieron a La Clotilde" y en el acceso al pueblo "De los Santos y Brito se bajaron" mientras los otros dos los esperaban para "fugarse todos juntos".

El expediente indica que De los Santos y Brito ingresaron, pasadas las 13, "bien vestidos" y armados al domicilio de Gasko. El intendente intentó resistirse y recibió, entre amenazas, un culatazo en la cabeza y una patada en el rostro. Ataron a la esposa y a la empleada mientras "exigían que les entregaran el dinero que habían sacado del banco". Luego su esposa, a quien apuntaban con revólver en la cabeza, les entregó una cartera que, según la Justicia, contenía: "Una suma aproximada de 40 mil pesos, 650 dólares y un certificado de plazo fijo del Banco del Chaco".

Los delincuentes huyeron en la camioneta de la víctima, que apareció abandonada en un camino rural en cuyas inmediaciones varios testigos citados en la causa dicen haber visto el utilitario azul del viajante circulando a gran velocidad. Horas después, cerca de las 20, la policía detiene a Piazza y Canteros cerca de Sáenz Peña y los llevan a la comisaría de La Clotilde.

"Los torturaron -denunció Fabiana- preguntándoles por «la plata y las armas». Mi marido supo que uno de los que les pegaba era el intendente porque los policías decían «acá está el que le robó, intendente». Y a los verdaderos ladrones los agarraron al día siguiente, con la plata y las armas".

Tras el asalto sufrido por el intendente de La Clotilde se detuvo a dos personas más: Jorge Benítez, hermano de Canteros por parte de madre, y Esteban Hercovich, quienes quedaron en libertad. "Gasko dijo que Hercovich, un rival político suyo, había contactado gente del hampa rosarina para robarle y por eso cae mi marido. Pero además dicen que antes de ser capturados, los ladrones llamaron al celular de Canteros pidiendo que los pasaran a buscar", agregó la esposa de Piazza.

En rigor, obra entre las pruebas de la causa supuestos entrecruzamientos de llamadas entre los celulares de los implicados. "Está comprobado que durante el día del asalto estos cuatro delincuentes se comunicaban por celular. Está comprobada la participación de Piazza y creo que van a ser todos condenados y por varios años", señaló a La Capital el abogado de la familia Gasko, Rogelio Vedoya Ott.

Según el expediente judicial, Brito y De los Santos se bajaron de la camioneta azul tras pasar la localidad de La Tigra. Si bien no se vio a los cuatro juntos en ese vehículo, un testigo clave fue el dueño de un comedor que dijo haberlos visto juntos almorzando ese mediodía. "Mi cliente no estuvo ahí, ese testigo es falso", replicó el abogado defensor de Piazza, Nelson Serial.


Acusaciones cruzadas
El abogado defensor sugirió que a Piazza lo involucraron porque "necesitaban encontrar a alguien", al tiempo que acusó a Gasko de "robarle 650 dólares a Piazza". La mujer de éste explicó la versión: "Antes de que lo llevaran al penal de Villa Angela, mi marido les dice a los policías que tenía 650 dólares en el volante y cuando le comentan eso al intendente, justo éste se acuerda de que también le faltaba esa plata, qué casualidad. Pero es mentira, ese dinero lo llevaba Walter para hacer los negocios, y eso está comprobado".

"Cuando Gasko -continuó Serial- denunció el robo no habló de 650 dólares. Pero cuando le dicen que se había detenido a dos personas con esa plata, al otro día hizo una declaración ampliatoria. Eso para mí es una prueba contundente de que mi defendido no tiene nada que ver".

Y en cuanto a las acusaciones al intendente sobre supuestas torturas a los detenidos, Gasko dijo a un medio chaqueño: "Esas son mentiras pergeñadas con el propósito de ejercer presión a la Justicia, atento a que con fecha cercana se hará el debate correspondiente al caso".

Walter Piazza espera el juicio en un penal de Villa Angela.