 | lunes, 16 de agosto de 2004 | Misterio. Hace tres años desaparecía Gabriel Ernesto Pellado, asesinado a golpes Secuestro, crimen e impunidad El empresario bonaerense estuvo cautivo 8 días. Su cuerpo apareció cuatro días después en Villa G. Gálvez. Durante 22 meses hubo dos detenidos, pero las pocas pruebas que se juntaron no alcanzaron para culparlos Sergio M. Naymark / La Capital "Creo que si no aparece algún quebrado que haya estado involucrado en el caso y se decida a contar lo que pasó, este crimen quedará impune y pasará a la historia sin culpables". La afirmación la hizo un investigador policial que participó de la pesquisa para descifrar el secuestro y asesinato del empresario bonaerense Gabriel Ernesto Pellado, ocurrido hace exactamente tres años en la vecina ciudad de Villa Gobernador Gálvez. La misma sensación parece envolver a la familia de la víctima, desde donde se sostiene que "algo se hizo mal para que en tanto tiempo no haya aparecido un culpable". En tanto, en el juzgado que siguió el crimen, el expediente busca un lugar en el archivo.
Gabriel Pellado tenía 36 años. Vivía en la ciudad bonaerense de Quilmes junto a su esposa y dos hijos que por esos días tenían 7 y 9 años. Era socio, junto a sus dos hermanos, de la empresa familiar Nutrientes SRL dedicada a la producción y exportación de suero vacuno. Además, tenía un laboratorio en Rosario. Por eso, el empresario viajaba permanentemente hasta esta ciudad. Como lo hizo el 14 de agosto de 2001, cuando al arribar se alojó en un hotel de calle San Juan al 1000.
Dos noches después, Pellado salió a cenar con un amigo. Fueron a un restaurante de la zona norte y, alrededor de las 22, llamó por teléfono a su casa para avisarle a la esposa que al otro día regresaría. Una hora más tarde se despidió de su amigo y desde entonces no volvió a ser visto con vida.
Al no saber nada de él, los familiares de Pellado hicieron una denuncia por averiguación de paradero el viernes 17 y desde la policía bonaerense se pidió colaboración a la Unidad Regional II local. Así empezó una búsqueda que con el paso de las horas fue dando infaustas noticias. La madrugada del sábado 18 el Honda Accord del empresario apareció abandonado en la zona ribereña de Villa Gobernador Gálvez, detrás del frigorífico Paladini. Tenía manchas de sangre en el asiento trasero y había sido parcialmente saqueado.
Según los primeros testimonios recogidos por los pesquisas, el vehículo había sido dejado allí cerca de la 1 del viernes, es decir poco después de que Pellado se despidiera de su amigo en un restaurante de la zona norte.
El auto abandonado, la primera pista El hallazgo del auto y la sangre en el asiento hicieron presumir a los investigadores que se estaba ante un episodio con trágico desenlace. Incluso, Marcelo Pellado, hermano del empresario, dijo aquel día a La Capital: "Creo que a Gabriel lo asaltaron y después lo mataron". Y también aclaró que a pesar de no conocer algunas cosas de su vida privada, "no lo asesinaron por una venganza, porque es un tipo excelente y no hay nada raro en su vida".
Para los investigadores esas palabras distaban de la verdad: "El tipo estaba muy mal de guita y además tenía varias relaciones extramatrimoniales en la zona", afirmó un hombre que participó de la pesquisa desde muy cerca (ver aparte).
A Pellado la policía lo buscó por agua y tierra a lo largo de 12 días. Mientras tanto interrogaron a conocidos, amigos, familiares y clientes. "Nadie aportó nada, ni una punta seria para dar con los motivos de la desaparición", argumentó el policía.
La búsqueda concluyó el 27 de agosto, algunos días después de que los investigadores desoyeran los concejos de una vidente. El cuerpo del empresario apareció maniatado y degollado en un canal pluvial ubicado en cercanías de la autopista Rosario-Buenos Aires, a un kilómetro al sur del arroyo Saladillo. Presentaba una herida cortante en el cuello, marcas de golpes y tajos en la cara y el resto del cuerpo. La autopsia determinaría más tarde que Pellado había sido asesinado cuatro días antes del hallazgo del cuerpo. Es decir que el empresario estuvo secuestrado durante 8 días durante los cuales sufrió torturas en distintas partes del cuerpo. También que la causa del deceso fueron tres fuertes golpes en el cráneo que le provocaron hematomas subdurales.
Detenciones y errores Los primeros días de septiembre de 2001, cuando aún seguían siendo inciertos los motivos del crimen, fueron apresados dos empleados municipales de Villa Gobernador Gálvez. Nicanor Pereyra y Juan Carlos Valor fueron imputados por la policía como quienes estuvieron con el empresario bonaerense desde el mismo momento de su secuestro y también como autores del homicidio.
Los investigadores llegaron a ellos después de que un ex policía radicado en la zona de Córdoba y La Ribera, denunciara haber visto a dos hombres como ellos bajando por la fuerza a un encapuchado del auto del empresario.
Sin embargo, ambos se declararon inocentes ante el juez que entendía en el hecho, Juan José Pazos, quien debió traspasar el expediente a su par Raquel Cosgaya ya que ésta llevaba adelante la investigación por otro hecho en el cual había estado implicado Valor.
En tanto, en una vivienda contigua a la que vivía Pereyra y que fue allanada como tantas otras en busca del lugar donde Pellado estuvo cautivo hasta el día de su muerte, la policía secuestró un colchón con manchas de sangre y una soga que se convirtieron en elementos acusatorios contra los detenidos.
A fines de 2002, cuando Pereyra y Valor llevaban 13 meses tras las rejas, la jueza Cosgaya ordenó una prueba de ADN de cabellos, sangre y restos orgánicos hallados en el auto de Pellado y en un carro que fue secuestrado y donde se sospecha fue trasladado el cadáver del empresario hasta el lugar donde lo tiraron.
Los resultados de esas pruebas, que eran consideradas fundamentales para el esclarecimiento del caso, llegaron al despacho de la magistrada un año después. Habían sido nulas. Es que no se pudieron hacer los análisis porque las pruebas habían sido mal conservadas. "El material orgánico fue fijado a los portaobjetos con bálsamo de Canadá o aceite de cedro y, para extraer esas sustancias y observar el material ante el microscopio se deberían utilizar solventes orgánicos que desnaturalizarían el ADN", confió entonces un especialista del laboratorio biológico de la Unidad Regional II.
Así las cosas, sin pruebas sólidas que justifiquen su detención, Pereyra y Valor recuperaron la libertad por falta de méritos 26 meses después de ser detenidos. Desde entonces, el crimen de Pellado sigue siendo una incógnita tanto para los investigadores como para su familia que, desde Quilmes, sigue exigiendo justicia. "No creo que alguna vez esto pueda resolverse", confió en estos días un vocero policial. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Cuando lo hallaron, el cadáver estaba maniatado y tenía fuertes golpes en la cabeza. | | |