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 lunes, 16 de agosto de 2004

Editorial
El ejemplo de los Juegos

En las Juegos Olímpicos se puede apreciar la vigencia de los mejores valores de la humanidad: el esfuerzo individual y colectivo, la creatividad y la camaradería. Argentina posee una numerosa delegación, pese a las dificultades económicas, y ya ha dado buenas sorpresas.

Los Juegos siguen siendo quizás uno de los escasos ámbitos en donde seres humanos, provenientes de casi todas las naciones del planeta, pueden lograr convivir durante más de dos semanas compitiendo por las medallas o por mejorar sus performances, respetando las reglas establecidas y sin que sucedan transgresiones escandalosas o agraviantes para su condición. Son, en consecuencia, uno de los acontecimientos más conmovedores como ejemplo de superación e integración, avalado por miles de millones de personas que siguen su desarrollo a través de diferentes medios de comunicación, desde su apertura hasta el cierre definitivo.

La ceremonia inaugural de Atenas fue además un inolvidable despliegue de tecnología, efectos y arte a disposición para narrar la historia de los Juegos Olímpicos, de los orígenes de la civilización y de la propia cultura griega. Una producción que, al menos en su primera hora y media, puede servir de material didáctico para cualquier institución educativa, cultural o deportiva, que se precie como tal.

La delegación argentina es una de las mayores que se ha enviado desde que se iniciaron los Juegos. Y fue posible por un gran esfuerzo que hicieron, en primer lugar, los deportistas, la mayoría de los cuales no siempre contaron con las condiciones adecuadas para su preparación; algunas instituciones, que decidieron apostar a sus atletas; los sponsors comerciales y distintas instancias del gobierno. Aunque sobre este último vale reconocer que la falta de una política criteriosa para el deporte nacional se arrastra desde hace varias décadas. Agravada en los últimos años por la profunda crisis económica e institucional que sacudió al país.

Pese a esos antecedentes, nuestra legión ya ha comenzado a deparar alegrías, como fueron los triunfos en fútbol, en básquet, en hockey femenino y la medalla de bronce en natación. Y hay que destacar además la existencia de un gran espíritu de solidaridad entre los deportistas, en el que colaboró, sin duda, la decisión del técnico Marcelo Bielsa de concentrar la selección nacional en la villa olímpica.

Si cada uno de ellos entrega lo mejor de sí mismo, no sólo en exigencia física y creatividad, sino en conducta y camaradería, más allá de los resultados que se obtengan, el país saldrá de estos Juegos Olímpicos con la satisfacción del deber cumplido.

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