 | lunes, 16 de agosto de 2004 | Juicio a una banda por rapto, mutilación y odio racial Están acusados por el caso Strajman, el joven al que le cortaron un dedo y se lo mandaron a la familia Los integrantes de la bautizada "banda de los patovicas" serán juzgados desde mañana por el secuestro extorsivo y la mutilación de Ariel Strajman, primera víctima de este delito que sufrió el corte de un dedo que fue enviado en una caja a su familia en octubre de 2002.
Por el juicio oral pasarán 80 testigos. Hay nueve imputados, cinco de los cuales integran una misma familia y otros cuatro son patovicas.
En el juicio por el secuestro de Strajman se abordará por primera vez el agravante de "odio racial" relacionado con un secuestro, porque la Justicia entendió que los acusados se ensañaron por demás con el joven por su condición de judío.
Strajman tenía 27 años cuando fue secuestrado el 16 de octubre del 2002 en el barrio porteño de Villa Urquiza y la Policía Federal lo liberó tres días después en una lujosa casa de la localidad bonaerense de Pilar, donde lo mantenían cautivo.
Para entonces el joven hijo de un comerciante de oro había sentado un triste precedente: inauguró el listado de víctimas de la ola de secuestros extorsivos que sufrieron la amputación de un dedo -el meñique de su mano derecha-, el cual fue enviado en una caja a sus padres.
El dedo estaba acompañado por una nota que advertía: "Les mandamos un regalito. Si no pagan, luego va la mano y el cuerpo cortado en pedacitos". Luego de este caso, la macabra modalidad se repitió en los casos de Mirta Fernández, Leopoldo Andrada y Pablo Belluscio.
Lo quemaron con cigarrillos Al ser liberado se comprobó que además de la amputación, Strajman había sido quemado con cigarrillos en el cuerpo, se lo obligó a comer jamón -alimento que no consumen los judíos ortodoxos- y durante todo el tiempo sus captores le gritaban "judío de mierda".
El 16 de octubre del 2002 Strajman fue secuestrado por 3 hombres cuando llegaba a su casa de Villa Urquiza. Con el joven en su poder, los delincuentes realizaron rápidamente un primer llamado a su familia y exigieron mil pesos y 600 dólares de recate al padre de la víctima. La entrega se realizó a las dos horas en el barrio porteño de Belgrano pero Strajman no apareció y poco después hubo un segundo pedido de 30 mil dólares.
Como el padre se negó a pagar, los captores cortaron el dedo de la víctima y se lo enviaron. Recién entonces se hizo la denuncia policial y el grupo fue detenido a las pocas horas, operativo en el que el muchacho fue liberado. (Télam) enviar nota por e-mail | | |