 | lunes, 16 de agosto de 2004 | Proyecto de ley de esterilización Leyendo La Capital del 10 de agosto, veo que se hizo público el proyecto de ley de esterilización humana, que cuenta con media sanción, la de la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe. Somos, sin duda, un país de grandes contradicciones, por una parte tenemos kilómetros y kilómetros sin poblar, amontonamos gente en las grandes ciudades y repartimos mal la riqueza, entre otras razones, porque no hay una política de reubicación de sectores sociales que podrían explotar algunos de esos miles de kilómetros desiertos. Digo que somos un país de grandes contradicciones porque a ningún país despoblado se le ocurre esterilizar a su escasa población para reducir aún más el índice de natalidad. Los países del antes llamado "primer mundo" que ensayaron estas políticas, se encuentran -ahora- en un estado crítico, con una población envejecida, con requerimientos de la previsión social que son cada vez mayores y tratando de revertir su política antinatalista por una que estimule la procreación. No deja, por tanto, de sorprenderme que la iniciativa tenga visos de prosperar, porque realmente, además de oponerse a disposiciones expresas del Código Penal, se plantea un método cruento y en muchos casos irreversible cuando lo que necesitamos para hacer de esta Argentina un país grande, son varios millones más de habitantes. Por otra parte, existen -si fuera el caso de superpoblación, que no lo es- métodos naturales, perfectamente aplicables y que no constituyen una lesión grave en el cuerpo del candidato. Lo terrible de esta iniciativa, es que si no fuera por la publicación de La Capital, hubiera sido ignorada por la mayoría de los rosarinos, por lo menos, y es que: en lugar de ocuparnos de alimentar a los comensales que ya tenemos invitados (la población actual) nos ocupamos de reducir la mesa y el número de comensales. No vaya a ser como lo que pasó en Perú, que se esterilizaron a cientos de miles de personas pobres, sólo por serlo, porque lo que en realidad se perseguía era que no nacieran más pobres, no que no nacieran toda clase de ciudadanos. No vaya a ser que destinemos parte del presupuesto provincial, que mucho se necesita para la educación y la salud, en una campaña antinatalista que no conduce más que a poner de manifiesto una actitud mezquina, una notable cortedad de miras y que nos llevará a la reducción de la población, cuando, insisto, lo que necesitamos para crecer es poblar. Espero que nuestros senadores provinciales no se acoplen al disparatado proyecto; no obstante, ya se ve que alguna senadora del departamento Rosario está entusiasmada con el mismo, quizás porque a ella no le fue bien en su constitución familiar y porque no puede ver más allá de sus narices, que un país, en este caso una Provincia, que se niega a la vida, tiene poco futuro.
Doctora Nereida Brumat Decker
DNI 4.519.113
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