| sábado, 14 de agosto de 2004 | Vaciaron el galpón donde dos comerciantes guardan sus avionetas, a dos kilómetros de Coronel Bogado Roban bienes por 15 mil pesos del hangar de una firma de fumigaciones Entre lo perdido hay un tanque de combustible, una batería de avión, un generador eléctrico y un par de motores Leo Graciarena / La Capital Con el tiempo como aliado, varios delincuentes ingresaron en un hangar de una empresa de fumigaciones en Coronel Bogado y robaron elementos por unos 15 mil pesos. Aprovechando la tranquilidad de la vecina localidad de menos de 2 mil habitantes, a 50 kilómetros al sur de Rosario, los malhechores se hicieron con un botín que incluyó un tanque para 1.600 litros de combustible, una batería de avión valuada en 800 dólares y un generador de electricidad. Diez días antes la misma empresa había sufrido el robo de un pequeño acoplado de doble eje para 2 mil kilos de carga.
Fuentes de la investigación comentaron que el hecho se produjo "algunos días antes de que los damnificados lo detectaran".
Gustavo Romanini y Ezequiel Coroso no tienen consuelo. Hace dos años comenzaron con el emprendimiento que derivó en Agroservicios Coronel Bogado SRL, una pequeña empresa que se dedica a la fumigación de campos. Tienen dos aviones "a los que gracias a Dios y a la Virgen no les falta nada". Pero este robo los puso otra vez en cero.
Para Coroso y Romanini, el robo en el hangar que alquilan fue de noche, aunque no pueden precisar el día. "En Bogado de noche no anda nadie por la calle. Así que los ladrones tuvieron desde que anocheció hasta el amanecer para robar tranquilos", contó Coroso, de 26 años. "Se metieron por atrás, por el campo de un vecino donde no hay alambrado. Entraron cortando campo e incluso dejaron las huellas al pisar el trigo. Hasta se ve que llegaron antes de que cayera el rocío por la forma de las huellas. Después de robar tomaron un camino detrás del hangar como yendo para Fighiera", explica Romanini, de 29 años.
"El jueves a la mañana llevábamos unas bolsas con mi socio hacia Arroyo Seco y cuando pasamos por el hangar miré por costumbre y vi que el candado de portón del galpón no estaba. Ahí nomás pegamos la vuelta. Cuando entramos nos encontramos con el desastre". El hangar donde descansan tres pequeños aviones está ubicado en un camino rural, a unos 2 mil metros del casco urbano al noroeste del pueblo, por donde se puede llegar a la autopista a la altura de Fighiera. Cuando los muchachos llegaron al galpón, de unos 15 metros por 20, desprovisto de electricidad y sin teléfono fijo, no lo podían creer.
Los delincuentes se habían llevado un tanque para 1.600 litros de combustible, con aproximadamente unos 500 litros de gasolina, una batería de avión nueva, valuada en 800 dólares y los matafuegos de las tres aeronaves. También sustrajeron un compresor de un cabezal, un motor eléctrico, un motor a explosión marca Villa de cinco caballos y una batería de auto. Una amoladora y una agujereadora de 13mm. Un generador de corriente eléctrica de 1.200 pesos sin el motor, que estaba desarmado, también era historia. "Revolvieron todo. A medida que vamos acomodando nos damos cuenta lo que falta. Se llevaron hasta el reloj de pared", explica Romanini. Que inscribe en el inventario de pérdidas dos bombas centrífugas, cajas de herramientas de mano y un par de portátiles.
No fue la primera vez que Agroservicios Coronel Bogado recibió la visita nocturna de ladrones. "Hace diez días nos robaron un acoplado que teníamos afuera del hangar al que le íbamos a colocar un tanque", cuenta Coroso. El pequeño acoplado de dos ejes tenía una capacidad de carga de unos 2 mil kilos. "Ninguna de las dos veces nos entraron por la tranquera. Cuando nos robaron el acoplado, entraron por lo de un vecino y cortaron el alambrado. Y ahora entraron por atrás del hangar, por el campo de un vecino que está abierto. Hay que cruzar dos o tres campos que no son nuestros para llegar", explica.
"Desde que nos robaron me estoy moviendo por los pueblos de la zona para ver si ubico algo. Ya hice como 400 kilómetros desde que salí de mi casa. La del acoplado me la comí, pero esta no", contaba ayer por la tarde Coroso. Los muchachos cuentan que empezaron con la empresa hace dos años y que "recién ahora estábamos sacando la cabeza de las deudas que teníamos".
Pero este robo, dice Coroso, fue un salvavidas de plomo. "Este año pensábamos arrancar con todo. Nos habíamos organizado más o menos bien, pero arrancamos medio de cero, con plata prestada. Y ahora este robo nos tiro dos años para atrás. Trabajamos dos años para los ladrones". enviar nota por e-mail | | Fotos | | Gustavo Romanini junto a uno de los aviones que "sobrevivió". | | |