¿Qué nos pasó en Villa Cañás?

¿Quiénes?, inadaptados sociales, delincuentes, chorros, cada uno coloque el calificativo que considere. El título de esta carta pudo ser "Los nietos nos miran". Reflexionemos: nuestros hijos o nietos, aquellos nacidos allá por el año 75, el 80 o el 90, en su niñez jugaban en las veredas, plazas y clubes; andaban en bicicleta o moto, en este pueblo tranquilo, donde los veranos nos encontraba sentados en el frente de nuestras casas o en los patios, dejando ventanas y puertas abiertas para que el fresco del atardecer y de la noche nos permitiera descansar sin ningún temor. Aquellos chicos o adolescentes que hoy nos miran desde una ciudad cualquiera donde fueron a estudiar y se quedaron o volvieron a su Cañás natal, ¿qué situación diferente encuentran? Ellos tienen la respuesta: hoy, 2004, con una sociedad violenta, con la droga que avanza y también la delincuencia en las grandes ciudades y capitales. ¿Pero qué nos pasó en Villa Cañás, en esta ciudad chica que tanto queremos, delimitada por barrios periféricos que le dieron amplitud, que la extendieron, que cobijaron y cobijan a tanta gente que la eligió para vivir y trabajar? Gracias a todos ellos somos ciudad, pero ¿este es el precio que tenemos que pagar? No salir de casa, avisar cuando nos vamos, colocar rejas, alarmas, sensores, trancas, cerrojos, teléfonos; tener perros, iluminar, cuidarnos entre nosotros... y ¿cuántas medidas más? Mientras tanto, "ellos" nos miran: saben cuándo salimos, a dónde vamos, conocen nuestra intimidad, violan nuestro domicilios, se llevan nuestras pertenencias. "Ellos" nos vigilan, saben todo sobre nosotros, pero "ellos" ¿se sienten vigilados? En nombre de la sociedad de este querido pueblo que vio trabajar a nuestros abuelos y padres y ve a nuestra generación continuar con aquel emprendimiento de los viejos inmigrantes, ayudemos con la información a nuestras autoridades políticas y policiales para que "ellos" sean quienes nos cuiden y velen por nuestra seguridad. Para que esta ola se detenga, para que volvamos a ser quienes fuimos, para que no lleguemos a dudar hasta de nuestra propia sombra, para que creamos en todos y cada uno de nosotros, para que no se violen más domicilios ni se roben o atropellen ni se encuentren personas mayores castigadas, asustadas, encerradas. Para que Villa Cañás vuelva a ser la que siempre fue. Para todo esto y mucho más, unámonos, que podremos vencer a aquellos que pierden por un momento la razón y que creen beneficiarse con estas acciones. Necesitan nuestra ayuda para comprender que lo que poseemos no fue usurpado, fue fruto de años de desvelo, de décadas de trabajo, de vaivenes económicos y que pretendemos mantenerlo con esfuerzo.

María Cristina Soldevila