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 miércoles, 04 de agosto de 2004

Proponen terapia ocupacional para pacientes con Alzheimer

El estímulo para el desarrollo de hobbies y actividades cotidianas puede mejorar la calidad de vida de las personas con Alzheimer o al menos crear una "meseta" ante el avance del mal, aseguró un terapista ocupacional especializado en esta enfermedad.

Roberto González, uno de los fundadores de la Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer (Alma), destacó la importancia de estimular en el paciente las áreas que la enfermedad no ha afectado.

"No hay medicación que mejore la calidad de vida. Eso tiene que ver con la familia y el entorno. Eso es fundamental", afirmó el experto, quien sostuvo que para atender esta enfermedad "lo primordial es el vínculo, la historia previa" en la relación familiar.

"Si hubiera resistencia en esa dinámica" por una mala relación previa a la patología "el paciente sería reticente a recibir ayuda o la familia sería reticente a brindarla", señaló.

González explicó que la terapia ocupacional apunta a "instrumentar actividades para estimular en el paciente las áreas en que la enfermedad no tronó, no pasó".

Así se establece una meseta para que el mal no avance tan rápido y el enfermo "sienta que está haciendo algo para sí mismo". Por la cantidad de frustraciones que sufren ante la pérdida de la memoria y otras capacidades del intelecto, las personas con Alzheimer "desarrollan mecanismos de defensa" para evitar nuevos fracasos "que ya no soportan, porque han llegado al límite" y creen que es mejor no hacer nada para no equivocarse.

"Lo que se estimula -detalló- es la motivación: actividades en las cuales su desempeño les devuelva confianza, porque pedir al paciente lo que puede hacer los lleva a perder miedo en la próxima actividad".

La terapia ocupacional es "personalizada, dirigida al área intelectual que puede estar desarrollada por la actividad que tuvo la persona, un hobbie o algún tipo de hábito, y en las charlas se apunta a ese aspecto y, sobre todo, a la orientación del familiar para el manejo del paciente en su casa", explicó.

El coordinador de los grupos de estimulación y de familiares expuso que si a un enfermo de Alzheimer "se le deja en el baño la pasta dentífrica, el cepillo, jabón, champú, perfumes y un vaso con una flor, lo más probable es que salga sin saber qué hacer".

"Si sólo está el cepillo y el dentífrico, sabe que tiene que lavarse los dientes -comparó-, porque por su enfermedad no pierde sólo la memoria, sino otras facultades intelectuales, y el déficit en la atención los hace funcionar como alguien que mira y no ve".

Una parte de las charlas se centra en el paciente y otra en el cuidador, que para el terapeuta "tiene prevalencia" sobre el enfermo, y se debe cuidar "la dinámica del vínculo, porque entre ambos se potencian".

"Si el enfermo está alterado, el cuidador no duerme porque sabe que debe atenderlo; si el cuidador se siente mal, el paciente se altera más, porque sabe que depende de él".

El Alzheimer, estadísticamente "mayor causante de demencia", es una enfermedad neurológica que afecta la capacidad funcional de la persona pero "no implica que por esa pérdida se deba subestimar al paciente o, peor, que se lo infantilice o deseche por su patología", cuestionó el médico.

González consideró "una falacia" la asociación de este mal con "inutilidad, sobre todo en los primeros estadios", y rechazó las estigmatizaciones contenidas en frases tales como "quien sufre locura es loco, quien tiene Alzheimer es inútil".

El mal se presenta mayoritariamente en la tercera edad (más de 65 años) o en la cuarta (más de 80), y fue "subdiagnosticada" hasta hace unos 17 años, cuando se comenzó a conocer mejor". Ahora hay una "sobrediagnosticación" porque se le atribuyen patologías que pueden ser "consecuencia de estrés, infarto cerebral u otra causas", dijo, luego de "18 años de experiencia como familiar, cuidador y terapeuta" de personas con Alzheimer.

Finalmente, González recomendó "descartar otras enfermedades que se pueden comprobar con certeza, como cambios endocrinológicos o tumores", ya que este mal "por ahora se certifica con una biopsia de cerebro y no hay técnicas para pesquisar pre-mortem". (Télam)

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Desarrollar hobbies les devuelve la confianza.

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