La depresión aumenta el riesgo cardiovascular

Algunos síntomas físicos pueden encubrir problemas de índole psicológico

Recientes estudios confirmaron que la depresión puede favorecer el desarrollo de trastornos cardiovasculares. Así lo adelantaron a La Capital el psiquiatra Eduardo Kalina y los cardiólogos Ricardo Dalton y Juan Carlos D'Auria de Buenos Aires, quienes visitaron Rosario para participar de una jornada de actualización sobre el tema, organizada por el Colegio Rosarino de Neuropsicofarmacología.

"La novedad trajo como consecuencia la necesidad de entrenar a los médicos clínicos y cardiólogos para que detecten precozmente la depresión. En el 70% de los casos, el depresivo consulta primero a un clínico o un cardiólogo en lugar del psiquiatra, porque tiene síntomas asociados con los trastornos cardiovasculares. El mayor problema es que muchas veces los médicos no saben reconocer el estado depresivo", dijo Dalton.

Se considera que la depresión es una enfermedad severa y crónica, la cual de acuerdo a investigaciones provoca respuestas fisiológicas que aumentan el riesgo de padecer daños cardiovasculares asociados con la arterioesclerosis o alteraciones de los ritmos cardíacos (arritmias), además de infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares. De acuerdo a las estadísticas, los depresivos aumentan en 20% el riesgo de arritmias ventriculares graves. Asimismo, está demostrado que existe una mayor incidencia de diabetes en depresivos.

"El estado depresivo recurrente puede generar hábitos dañinos para el corazón, como el cigarrillo y la malnutrición, entre otras conductas perjudiciales", agregaron los especialistas.

Por todo lo expuesto, los profesionales de Buenos Aires aconsejaron a médicos clínicos y cardiólogos estar atentos a la posibilidad de una depresión encubierta. "De esta forma facilitarán el diagnóstico precoz y el paciente comenzará el tratamiento con el psiquiatra. Algunos aspectos de los estados depresivos sólo puede manejarlos el psiquiatra. Ejemplo de ello es cuando la persona presenta riesgo de suicidio", acotó Kalina.


Afección endocrinoinmune
En los últimos años los estudios demostraron que la depresión severa y crónica genera alteraciones a nivel orgánico. "Ahora sabemos que es una enfermedad orgánica que afecta al sistema nervioso central, además de una afección que produce modificaciones a nivel de los sistemas endocrinos e inmunológicos. Por lo tanto, hay que tratarla rápidamente desde el punto de vista químico mediante fármacos, sumado a la terapia psicológica", aclaró Kalina.

Para los profesionales la cuestión farmacológica es central a la hora de tratar la depresión. Existen una serie de nuevos fármacos llamados inhibidores selectivos de la recuperación de serotonina que demostraron ser esenciales para tratar estos estados. Uno de ellos es el paroxetina, el que se descubrió que además de ser útil para la depresión produce una acción como antiagregante plaquetario al igual que la aspirina (el mismo efecto logrado por el ácido acetilsalicílico).

"Lo importante de esto es que además de tratar la depresión precozmente, estamos previniendo un problema cardíaco (al inhibir la agregación plaquetaria frena la posibilidad de trombos, que son la causa más importante de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular)", aclararon.

En cuanto a la terapia psicológica, Kalina destacó que el desarrollo de la psicoterapia cognitivo conductual abrió la posibilidad de trabajar sobre las distorsiones de la percepción de manera rápida y eficaz. "Cada uno ve el mundo con el cristal con que lo mira. El depresivo lo mira con un vidrio gris, a veces casi negro. Tiene serias distorsiones en cómo percibe el mundo, porque lo ve desde un ángulo negativo. Ejemplo de ello es el chiste del viudo depresivo a quien le defeca encima una paloma y dice: pensar que a los demás le cantás", dijo finalmente Kalina.