Se conocen otros atracos de equipos de computación por un valor estimado de 20 mil pesos

Son cinco los robos de una banda de mujeres contra locutorios de Internet

El último fue hace 5 días. Actúan con habilidad y sin violencia. Las buscaron sin éxito en dos allanamientos.

Leo Graciarena / La Capital

Si ya era llamativo que una banda de mujeres robara varios CPU de dos ciber la semana pasada con un mecanismo calcado, la aparición de otros tres casos idénticos confirma que esta gavilla actúa obedeciendo un patrón serial. En las últimas tres semanas, cinco mujeres y un hombre robaron trece CPU de cinco de estos comercios de Internet. Y si bien el botín en lo individual no excede los 5 mil pesos por atraco, en lo colectivo la banda acumula un capital cercano a los 20 mil pesos.

Fuentes de la investigación aseguraron que al menos dos de estas mujeres, que serían mecheras, están identificadas. El sábado se realizaron dos allanamientos, "pero no encontramos ni a las mujeres ni a las máquinas", explicó la fuente policial, quien resaltó lo extraño del cambio de rubro de las chicas.

Los testimonios de las víctimas son casi idénticos. Varias mujeres y un hombre entran por separado a un ciber. Piden máquinas para acceder a Internet y luego de varios minutos dos o tres personas se acercan al mostrador para pagar. Con tretas y engaños entretienen al encargado y aprovechando la confusión escapan con los CPU camuflados. Cada máquina tiene un valor cercano a los 550 dólares, sin contar el software. El CPU es el elemento fundamental del equipo de computación.

El procedimiento, meticuloso y estudiado, se repitió por lo menos en cinco golpes en tres semanas. A los atracos del jueves pasado en el local de Mendoza 876 y del viernes último en 27 de Febrero al 1300 -en los que se llevaron tres CPU en cada lugar-, se sumaron tres golpes hasta ahora desconocidos. Tres sábados atrás sustrajeron dos máquinas del local de 3 de Febrero 2089; el lunes 19 de julio robaron tres CPU del ciber ubicado en Sarmiento al 500 y dos días después del comercio de San Lorenzo casi San Martín, levantaron dos gabinetes completos.


El arte de un oficio
"Son cinco mujeres y un tipo. Entraron, pidieron el servicio de Internet y después, cuatro vinieron hasta el mostrador y comenzaron a pedir cosas. «Dame esto, esto otro y dale que estoy apurado», dijeron y mi prima que estaba atendiéndolos medio que se embatató", comenta Daniel, quien por la tarde atiende el ciber de 3 de Febrero entre Balcarce y Moreno. "Mientras tanto, los otros tipos desconectaron las máquinas y se fueron en un Volkswagen Gol blanco", explica.

El local de 3 de Febrero 2089 tiene aproximadamente 10 metros por 25 y allí funcionan 19 máquinas. Además en el comercio hay un pequeño quiosco y un puñado de cabinas telefónicas. "No me preguntes cómo, pero acá desenchufaron las máquinas y se las llevaron", comenta el muchacho con una sonrisa nerviosa por lo inexplicable de la situación. "Se fueron en un Gol blanco. A varios vecinos les llamó la atención el auto porque estaba muy mal estacionado", explica. Luego recordó que unos días después volvieron a asaltar el ciber, pero a mano armada.

"A mí los otros robos me vinieron al pelo, porque nadie me creía. En el seguro me dijeron «¿cómo puede ser que pasaron por adelante tuyo con tres máquinas y no viste nada?». Encima no me quieren pagar porque dicen que no hubo agresión". Guillermo Otero, dueño del ciber de Sarmiento 575, intenta explicar algo que le cuesta entender. "Estos tipos tienen un arte bárbaro para hacer las cosas".

El ciber es un rectángulo de unos 3 metros por 15 y allí funcionan 12 máquinas. Tiene una puerta con rejas que se maneja con portero eléctrico desde un mostrador de madera de 1,20 metro de alto. Además tiene cabinas telefónicas. El robo fue el lunes 19. Entraron cuatro mujeres y un hombre, en dos grupos, a las 11. "Había un brasilero negro. Pero no sé si tenía algo que ver con estas minas", cuenta. Le robaron tres CPU.

"Primero entraron dos y me pidieron una máquina. A los dos minutos llegaron los otros. Obviamente que ya habían venido al ciber y conocían cómo y donde estaba cada máquina. Llegan un día, se sientan, mueven el CPU para ver si está amurado y al otro día vuelven para afanar", explica Otero. "Acá cortaron los cables, no desenchufaron las máquinas", comenta. "Cuando las máquinas desaparecieron de la pantalla con las que las monitoreo, pensé que se habían colgado. Fui para reiniciarlas y ya no estaban", explica.

Dos días después, la banda de mujeres atracó el ciber de San Lorenzo 1017, a una cuadra del golpe anterior. "Es más o menos el mismo método del robo de calle Sarmiento. Entraron por separado, pidieron máquinas para acceder a Internet, después vinieron al mostrador porque querían unos códigos de New Jersey, compraron un cd y se fueron con las máquinas", sintetiza Pablo, uno de los encargados del negocio. "Eran una señora gorda y una petisita con una nenita", recuerda.

El local de San Lorenzo casi San Martín tiene unos 9 metros por 25, cuenta con 20 máquinas y funciona hace un mes y medio. También hay un pequeño quiosco y varias cabinas telefónicas. Se llevaron dos CPU. "A las máquinas las desconectaron. No rompieron nada, por eso el seguro no nos cubre. No es robo sino hurto, porque no ejercieron violencia", comenta Silvana, otra encargada. "Acá se olvidaron una mochila con una bolsa de consorcio adentro. Pero no era una bolsa de consorcio cualquiera, era súper reforzada", recuerda Silvina sin poder entender cómo sacaron las máquinas delante de todos.

La banda de mujeres robó dos máquinas del ciber de San Lorenzo al 1000.