A lomo de bicicleta

Tres aventureros de la ciudad de San Lorenzo cruzaron pedaleando la cordillera de los Andes. En el trayecto desafiaron la nieve y las temperaturas bajo cero

Mauro de Luca

Tres aventureros de la ciudad de San Lorenzo, Mauro De Luca, Adrián Cicolini y Leandro Ereñu, cruzaron el mes pasado la cordillera de los Andes en bicicleta. El grupo salió de Mendoza sabiendo que el paso del Cristo Redentor estaba cerrado y que el clima no era bueno. A pesar de las contingencias el trío logró recorrer unos 535 kilómetros pedaleando entre la nieve y con temperaturas bajo cero. Con modificaciones en el itinerario previsto, la misión pudo concretarse.

La primera etapa fue de Mendoza a Villavicencio, un total de 78 kilómetros. La zona tenía trepadas pronunciadas y el frío se hacía insoportable. Cuando las nubes bajaron el grupo decidió detener el pedaleo hasta que mejoren las condiciones climáticas.

La segunda etapa unió Villavicencio con Uspallata, en total 57 kilómetros. Fueron 6 horas con temperaturas bajo cero, donde todo se congelaba, incluso el camino de ripio.

El tercer tramo fue de Uspallata a Puente del Inca, con un recorrido de 73 kilómetros. El clima fue mejorando paulatinamente lo que permitió alimentar la ilusión de poder cruzar a Chile al día siguiente.

Luego fue desde Puente del Inca a Llay Llay (Chile), con un trayecto de 137 kilómetros, mientras seguidamente unieron Llay Llay con Viña del Mar (109 kilómetros de recorrido). El sol radiante acompañó a los pedalistas hasta la costa azul del océano Pacífico.

Por último, la hoja de ruta fue Viña del Mar-Valparaíso-Viña del Mar (81 kilómetros). Los aventureros desembarcaron en uno de los mayores puertos chilenos. Después hubo que volver a Viña del Mar y más tarde a Mendoza en micro. En total la pedaleada duró seis días, uniendo en seis etapas Mendoza con Valparaíso.

Durante las noches que duró la travesía el grupo durmió en carpas y no contó con vehículo de apoyo. Todo el equipaje viajaba sobre la bicicleta. La travesía sirvió para comprender que siempre hay que respetar a la montaña y aceptar que la que manda es la naturaleza.

En seis días se unió a las ciudades de Mendoza y Valparaíso.