TC 2000: Un capítulo cerrado por ahora

La trayectoria deportiva de Traverso está casi hermanada con el crecimiento del TC 2000, con el que convivieron algo más de dos décadas, y cuando el Flaco se coronó seis veces campeón, un logro que no alcanzó nadie en la historia de la categoría más avanzada tecnológicamente del automovilismo nacional. Una especialidad que lo tuvo además como referente excluyente en más de 20 de los 24 años de la categoría. Por eso resultaba inexorable, pese a que el retiro está golpeando a su puerta, consultarlo sobre si no tiene ganas de volver a subirse a un auto de TC 2000.

-¿Este volver a los primeros planos te abre alguna puerta en el TC 2000?

-No. No puedo volver al TC 2000 con los cuatros dirigentes que hay. En lo personal, no tengo problemas con ellos, pero no comparto las modificaciones y las formas en qué hicieron las cosas. Como gastaron el dinero del TC 2000, que era una categoría muy fuerte y hoy está quebrada, y no lo digo con ánimo de revancha, si no con dolor, por que me da bronca que esté así. Entonces, no podría ir a correr bajo la dirección de ellos cuando considero que están equivocados. Por ejemplo, ahora quieren hacer ahora una carrera de dos horas en Rafaela cuando en realidad en las normales, de una hora, llegan siete autos. Con dos no llega ninguno. Ahora quieren correr en el óvalo de Rafaela con una cantidad de pilotos sin experiencia, con autos a los que se le rompen piezas de suspensión todavía y en un óvalo, en el que van a andar a 250 kilómetros, es una locura. No comparto todo eso.

-¿Priorizan el espectáculo por sobre la seguridad?

-Sí, si, si, el objetivo de ellos es hacer un promedio asombroso como la categoría más rápido del país, desplazando al TC. Pero de todos los corredores que hicieron pruebas ninguno quiere correr, es una locura, y los dirigentes se ríen. Están totalmente equivocados con esas cosas, y mucho menos en hacer un show.

-Será un show pero el riesgo muy grande.

-No, no, acá se fueron al diablo. Van a tener problemas si hacen la carrera en el óvalo, puede ser lamentable.