| domingo, 01 de agosto de 2004 | El escenario y el color fueron lo destacado La ceremonia de apertura y clausura en el estadio olímpico Lenin, con capacidad para 102.000 personas, fue de lo mejor que se vio en la historia de los Juegos Olímpicos. La sincronización y el colorido opacó cualquier otra ceremonia y el despliegue humano estuvo al servicio de dos actos espléndidos.
Los espectadores también formaron parte de la escenografía con carteles de colores que tenían en su poder y que les permitió ir formando figuras en las mismas tribunas.
Uno de los momentos de mayor emoción fue cuando cientos de gimnastas distribuidos en el campo de juego, con las vestimentas tradicionales, bailaron las danzas típicas de cada república que conformaba la Unión Soviética. enviar nota por e-mail | | |