| domingo, 01 de agosto de 2004 | El cazador oculto: La maravilla de ser metrosexual Ricardo Luque / La Capital Todo el mundo habla del tema, aunque pocos, muy pocos, saben realmente de qué se trata. ¿Qué es un metrosexual? Esa es la cuestión, claro, y por extraño que parezca no encierra ningún misterio. A saber: un metrosexual es un hombre que potencia su costado femenino. Nada nuevo, nada raro, aunque para aventar fantasmas no viene mal advertir que la definición no implica una preferencia sexual. Ya lo explicó largamente Mark Simpson en su libro "Meet the metrosexual" que desde que se editó, dos años atrás, dio más que hablar que Silvia Süller. Para que se entienda: el paradigma del metrosexual es David Beckhan, un futbolista más preocupado por su corte de pelo que por el arco rival. Bien vestido, narcisista, obsesionado por la cola. Ahora bien, que las papas quemen, ¿quiénes son los metrosexuales rosarinos? Hay muchos y de los buenos, pero importan sólo los famosos. Claro. El más popular es, sin dudas, Ariel Bulsicco. Y no es para menos, si por mantener los músculos firmes es capaz de internarse cama adentro en el gimnasio. O lo que es más grave, no le tiembla el pulso en gastar el sueldo en la farmacia sólo para asegurarse que su cabellera seguirá tan blonda y enhiesta como siempre. Le sigue de cerca Lisandro Cavatorta, el sex symbol de la medianoche del 5, que no dudaría un instante en viajar de rodillas a Mendoza para consultar al Doctor Zaldívar si tan siquiera corriera el riesgo de tener que ocultar con un par de gruesas gafas sus clarísimos ojos celestes. Aunque no lo parezca, Gustavo Lorenzatti no le va en saga. Pese al ceño fruncido, el hombre es un fanático del cuidado de su aspecto físico. Imposible notarlo en la pantalla, pero su colección de perfumes no tiene nada que envidiarle a la de Mirtha Legrand. Tiene una fragancia distinta para cada momento del día. Ahora, el rey de los metrosexuales rosarinos es Oscar Fernández Fini. Es capaz de no comer durante un mes para poder disfrutar de una tarde en el spa de Fanny. Es curioso, pero los chicos del 3 se quedaron afuera de la categoría. No hay nada que hacerle. Un metrosexual, además de coqueto, debe ser joven y urbano, y la barba de Luis, la tonada de Julio y el peinado de Alberto los descalifican.
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