¡Pobres brutos!

Sobre las mismas baldosas aprendí a caminar, también recuerdo vagamente que por su rosedal jugué con mis amigos y anduve en un triciclo que me parecía el más lindo y rápido del mundo. Están los mismos árboles, aquellos eucaliptus añejos que dan sosiego en verano y que invitan a sentarse en el lugar, en los mismos bancos de entonces. Estoy hablando de la plaza General Las Heras de avenida del Rosario y Bermúdez. Esa plaza que nos vio crecer y por ende es un poco nuestra. Por eso me duele verla de esta manera: casi todas las columnas fueron pintadas de rojo y negro, en clara alusión a los colores de Newell's. En el lugar se encuentra el monumento a Las Heras. Para quien no lo conoce, en relieve sobre mármol se relata parte de la historia de la Nación Argentina durante las invasiones inglesas y marca varios pasajes de las batallas libradas por aquel entonces. El monumento fue pintado casi en su totalidad. Pienso que pobres de los brutos que hicieron tal cosa sin saber que leyendo sus paredes podrían aprender un poco de historia. Deseo aclarar que no soy un santo, que cometí travesuras como cualquier chico en su momento, pero jamás con el ánimo de hacer daño, de destruir lo que se cruzó en mi camino. Creo que lo que nos toca vivir está fundamentado en la total falta de educación y humildemente pido a quien corresponda que se tomen medidas para guardar un poco lo que nos pertenece a todos.

LE 8.444.336