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 miércoles, 21 de julio de 2004

Golpe selectivo. Pistolas, miras telescópicas, binoculares y cuchillos de caza por 30 mil pesos sustraidos en San Juan al 1000
Robaron 29 armas de puño exhibidas en la vidriera de un local de camping
Rompieron barrotes metálicos de la persiana y un cristal sin que sonara la alarma. No tocaron valiosas escopetas

Un total de 29 armas de fuego flamantes fueron fugazmente sustraídas de la vidriera de un negocio de camping, caza y pesca en San Juan al 1000. Se estima que el atraco fue cometido a las 4 de la mañana y para realizarlo los maleantes rompieron la persiana metálica del frente y lograron destrozar una vidriera sin que se activara la alarma. El golpe sorprendió por lo específico: sólo se llevaron armas cortas que estaban en exposición en la vidriera derecha y dejaron otros implementos de valor. El restante exhibidor, de artículos de pesca, que no tiene alarma, no sufrió ni un rayón.

Cuando Ricardo Rodríguez fue ayer a las 8 a abrir su negocio, Central de Pesca, se encontró con policías en la puerta y una noticia que todavía no puede explicarse. No entiende cómo cortaron los barrotes de acero de la persiana del frente y dejaron una abertura vertical por la que podía pasar una persona. "Deben haber tardado por lo menos 20 minutos y usado una herramienta de corte muy grande. Alguien los tiene que haber visto", estimó el comerciante.

La acción que emprendieron los ladrones inmediatamente después romper la persiana es lo más difícil de comprender. Rodríguez explicó que en esa vidriera hay un complejo sistema de alarmas que es exigido, entre otros requisitos, por el Registro Nacional de Armas (Renar) a los negocios que las exhiben. Son sensores adheridos al vidrio que más de una vez han sonado al captar vibraciones de un colectivo al pasar por la calle, contó el comerciante, cuyos teléfonos personales están conectados al dispositivo.

Pero el sensor pegado a la vidriera que los cacos destruyeron sin sutilezas con una barreta no dio aviso. "Como la vidriera tiene un entrepiso de chapa, tal vez hayan metido un alicate para cortar el cable antes de romper el vidrio", dijo Ricardo, intentando una conjetura.

Además de las alarmas, el Renar exige que las armas en exhibición estén atadas con cables de acero y candados para dificultar los robos. Rodríguez cree que eso dificultó que los ladrones se llevaran las escopetas -una de las cuales está valuada en 650 dólares- que son más difíciles de portar. Tampoco se descartaba que, en realidad, las armas largas no les hayan interesado.

Aunque no había hecho un inventario sobre lo robado, el comerciante lo estimó en más de veinte armas cortas, cuchillos de caza, miras nocturnas telescópicas y binoculares. El lote sustraído -que incluye revólveres y pistolas de las marcas Smith & Wesson, Bersa, Taurus y CZ, entre otras- presume un valor de "entre 30 mil y 35 mil pesos" en total. "Se llevaron básicamente todas las armas que teníamos en la vidriera y nada más. A la vidriera de pesca ni la tocaron y al negocio no entraron porque esa puerta es casi imposible de violar".

En 34 años de actividad, Central de Pesca nunca había sufrido un robo. El rubro de armas fue incorporado alrededor de cinco años atrás y los comerciantes aseguran que se deben cumplir con muchísimas exigencias. Por ello la firma ofrece las tramitaciones de los permisos ante el Renar. Todas las operaciones demandan autorizaciones. "Acá si alguien quiere comprar balas tiene que mostrar el carné", aseguró un empleado.

Pero además de la lógica bronca e impotencia que sentían los dueños del negocio tras el atraco, era notoria la preocupación en torno al móvil del robo. Si el golpe hubiera apuntado a la vidriera de la lado, la de pesca, los lamentos no habrían trascendido de lo económico. En cambio, el robo de armas parecía redoblar su condición de damnificados: como comerciantes asaltados y también como vecinos que ven en este tipo de atracos un gol más a favor de la inseguridad.

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Los ladrones rompieron las rejas del frente.

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