Año CXXXVII Nº 48452
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Educación 17/07
Campo 17/07
Salud 14/07
Autos 14/07


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 18 de julio de 2004

Ciclos menstruales, ¿aliados o enemigos?

Nada aman y odian tanto las mujeres como la menstruación. Conviven desde la pubertad y llegan a deprimirse el día que ya no forma parte de sus vidas, sea por una alteración hormonal o por el cese definitivo, alrededor de los cincuenta años. Entablan con ella una relación ambivalente de amor y de odio, según las circunstancias y el momento. Pero, cosa curiosa: presente o ausente, no despierta indiferencia.

"Este sentimiento es normal", sostiene el doctor Darío Shpiguelman, médico ginecólogo, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Protección Familiar (AAPF). "Cómo no odiarla", dirán algunas cuando la balanza les marca dos kilos de más, o cuando el cuerpo está tan hinchado que el jean no abrocha. Contrariamente, otras tantas mujeres pueden decir "cómo no amarla", si es normal que así suceda. La doctora Sandra Magirena, coordinadora del equipo de Adolescencia del Policlínico Bancario, encuentra una explicación a esta postura y comenta que si queda instaurada una idea patológica, será vista como una anormalidad.

"La menstruación es la prueba fehaciente de que los ciclos reproductivos funcionan", puntualiza la doctora Eugenia Cualli de Trumper, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Lo cierto es que, a pesar de convivir gran parte de sus vidas con ella, muchas mujeres saben poco acerca de su menstruación.


Compleja explicación
Cada mujer tiene su propio ciclo. Días más, días menos, se produce cada veintiséis a treinta y dos días, aunque el típico sea de veintiocho. En este caso, los números no implican exactitud y, lo que parece tan seguro y confiable, se pone en duda y genera incertidumbre. "No le pidamos perfección a un mecanismo tan complejo", expresa la doctora Magirena. El por qué la mujer menstrúa, o debiera hacerlo todos los meses, tiene una explicación tan imprecisa y compleja como el período mismo.

Cada veintiocho días, aproximadamente, un óvulo sale del ovario y, una vez alojado en el útero está en condiciones de ser fecundado. De no suceder, el tejido que recubre la cavidad uterina (endometrio) resulta innecesario y es expulsado al exterior a través de la vagina. La sangre y las partículas eliminadas dan origen a la menstruación.

El doctor Shpiguelman resume, en pocas palabras, el proceso: "Es la frustración de un embarazo que no llega". El primer día de hemorragia se cuenta como el primero del ciclo y habitualmente perdura entre tres y siete días.


Dudas y temores
El organismo femenino está naturalmente preparado para ovular doce veces al año, si algo no falla en el trayecto. Ni ellas ni su período menstrual son máquinas. Con lo cual, pueden -en un determinado momento- producirse trastornos: unos pasajeros y otros que no lo son, los que serán motivos de consulta con un especialista.

"La mujer sufre y se asusta ante cualquier alteración", asegura el doctor Darío Shpiguelman. En estos casos, no está de más una visita al médico para despejar dudas y temores, además de los controles periódicos básicos, como el Papanicolaou y la colposcopía. La ausencia de menstruación (amenorrea) aparece como una de las complicaciones más comunes, asociada la mayoría de las veces a un embarazo. Esta es la primera razón para descartar en una mujer joven, sana, con actividad sexual y un atraso.

Desechada esta posibilidad, la condición sine qua non para referirse a una alteración menstrual, es que no debe tratarse de un hecho único y aislado, sino reiterado. La amenorrea puede ser primaria o secundaria y se diagnostica al tercer mes de la ausencia del ciclo. En el primer caso, se trata de mujeres que jamás menstruaron en su vida y "generalmente, se oculta una patología detrás", precisa la doctora Sandra Magirena. La secundaria suele ser pasajera, pero debe tratarse a tiempo. Raramente lleva a la menopausia precoz.

Además de los desequilibrios hormonales, otros factores de índole emocional, el estrés, los desórdenes alimentarios como la obesidad y la anorexia nerviosa, la actividad física intensa, un psicofármaco o algún método anticonceptivo pueden interrumpir el ciclo. Las irregularidades son comunes en los últimos años que preceden a la menopausia, así como durante las primeras menstruaciones. Como toda función nueva que se instala en el organismo, refiere la doctora Cualli de Trumper "llevará un tiempo consolidarla".

Cada organismo es un mundo. Y ni qué hablar de cada ciclo menstrual. Pero salvo en ciertas culturas, las mujeres coinciden en algo. No pueden prescindir de la menstruación, por una simple y sencilla razón: es desde la pubertad su sello personal, su femineidad. Necesaria para su vida reproductiva, desvanece o despierta su instinto maternal, según se manifieste o se ausente.

La mujer y la menstruación están muy lejos de comportarse como dos enemigas íntimas. Que a veces se amen y otras tantas se odien, forma parte de una sana, aunque extraña convivencia.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados