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 domingo, 18 de julio de 2004

"Queda mucho por hacer en parques tecnológicos"
Esteban Cassin, coordinador de la Secyt, dijo que Argentina va detrás del desarrollo de Brasil y Chile

Marcos Cichirillo / La Capital

Aunque Silicon Valley arrancó a mediados de los 50 con la convergencia de gobierno-científicos-universidades-empresas, Esteban Cassin terminó de convencerse de las bondades del sistema en 1995, cuando cursaba un posgrado en Francia y vio la eficacia que tenían las incubadoras y parques en la creación y vinculación entre los negocios y la ciencia.

Hoy es coordinador del programa de incubadoras y polos tecnológicos de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (Secyt) y habló con La Capital después de presentarse el Parque Científico-Tecnológico Rosario.

-¿Cuál es el modelo de parque científico-tecnológico en el que se deben mirar en la Argentina?

-En todo el mundo se sigue el modelo de Silicon Valley, pero la mayoría de las veces no se logra. Allí trabajan juntos gobierno, industrias, centros de investigación, se innova, se crean nuevas empresas, se instalan nuevas empresas, hay capitalistas que quieren financiar, hay cooperación entre empresas. Eso es lo que se quiere reproducir en cualquier parque tecnológico del mundo. Siempre en la escala y dentro de las posibilidades que hay en cada lugar.

-Usted también ha hablado de Brasil. ¿Por qué?

-Brasil es una referencia. A mediados de los noventa tenía la misma cantidad de incubadoras de empresas que la Argentina (alrededor de diez), hoy tiene 207 y en el futuro habrá 300, y aquí hay apenas 30. O sea, Brasil con una sociedad mucho más desintegrada que la Argentina, con menos desarrollo científico-tecnológico relativo, nos sacó una importante ventaja por lo menos en el tema de empresas basadas en la innovación.

-¿Qué hizo?

-Por un lado, Brasil identificó que para crecer hay que innovar. Argentina no lo hizo. Le dio mucha importancia a la formación de recursos humanos que trabajan en el país, mantuvo políticas durante mucho tiempo, y en los 80 dijo que para que haya más y mejores empresas hay que montar mecanismos de financiamiento, de apoyo técnico, de asistencia e incentivar las incubadoras de empresas. Y por otro lado, cuenta con el Sebrae (una especie de gran instituto nacional de apoyo a los empresarios), que Argentina no tiene. Entonces, alguien que quiere emprender en Brasil tiene un sistema científico-tecnológico que en términos generales le responderá y el apoyo del Estado para hacerlo.

-¿Qué posibilidades hay de modificarlo? ¿No existe un bosquejo para crear un Sebrae en la Argentina?

-No, no existe, pero Argentina lo necesita. Estados Unidos tiene un National Business Asociation (NBA). Alemanes, franceses e italianos, le dan asistencia a las empresas que nacen e invierte cientos de millones de dólares. En un país que quiere desarrollarse es una materia obligatoria. En inversión tecnológica Argentina el último año avanzó muchísimo, como pocas veces, sin embargo para llegar incluso a lo que invierte Brasil o Chile nos falta muchísimo. Brasil invierte cerca del 1 por ciento en ciencia y tecnología, Chile 0,6 por ciento, Argentina con suerte está llegando al 0,5 por ciento.

-¿Cuántos parques están hoy en funcionamiento y proyectados en la Argentina?

-En la actualidad, funcionando hay muy pocos. Si bien hubo un boom en incubadoras, en parques hubo muchos menos. En la Argentina hay algunos parques industriales que comenzaron a reconvertirse en parques tecnológicos, como el caso de Bahía Blanca y otros más. Una serie de parques tecnológicos del Inta, el Ceride en Santa Fe -que hizo toda la infraestructura, pero no avanzó en la radicación de empresas- y una nueva generación de parques tecnológicos en Mendoza y Misiones. Y ahora el de Rosario.

-En los últimos tiempos fueron apareciendo muchos proyectos de creación de incubadoras, pero parece que se avanzó poco en la concreción de nuevas empresas. ¿Qué cosas se están haciendo bien y cuales mal?

-Todavía no tenemos una evaluación de lo que ocurrió, ya que los emprendimientos son muy nuevos. La mayoría de las incubadoras nacieron a partir de 2001 en la Argentina, lo cual es un mérito en sí mismo haber montado una incubadora. Pero sí, cuando se las analiza un poco, no todas las incubadoras tienen estas vinculaciones con el territorio, centros científicos o empresarios como lo que está naciendo en Rosario. Tampoco equipos de gestión formado para el proceso de creación de empresas, ni un plan estratégico. Son muy espontáneos, trabajan un poco con los proyectos que reciben. Aunque también falta formación de formadores, financiamiento. Una serie de condiciones de éxito que existen en otros lugares que en la Argentina no se dan tal cual. Cuesta mucho involucrar a los empresarios para acompañar a las empresas nuevas. Eso conspira un poco con las incubadoras.

-¿A nivel nacional existe una articulación de los parques científico-tecnológicos?

-Sí, hay una red nacional de parques que los reúne a todos. También existe un proyecto de la OEA para montar una red informática entre los parques de la Argentina.

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Para Cassin, el modelo a seguir es Silicon Valley.

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