Año CXXXVII Nº 48448
La Ciudad
Política
Economía
El Mundo
Opinión
Información Gral
Escenario
La Región
Policiales
Arte
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Salud
Autos


suplementos
ediciones anteriores
Salud 07/07
Autos 07/07
Educación 03/07
Campo 03/07


contacto

servicios

Institucional

 miércoles, 14 de julio de 2004

El caso de dos chicas atacadas por su padre y coaccionadas a guardar silencio
Una atroz historia de maltrato y abuso sexual
Un boxeador de 40 años fue condenado a 11 de prisión por las reiteradas vejaciones de sus dos hijas de 14 y 12 años

Un boxeador profesional de una ciudad del cordón industrial, detenido en el obrador del puente Rosario-Victoria donde trabajaba, fue condenado a 11 años y medio de prisión por maltratar a su familia y abusar sexualmente de sus dos hijas de 14 y 12 años. El caso salió a la luz cuando su esposa supo que las menores eran abusadas y se fue con su siete hijos a un hogar municipal para víctimas de violencia familiar. Allí constataron los efectos psicológicos que padecían las dos chicas como consecuencia de los sometimientos sexuales y alentaron a la mujer para que hiciera la denuncia.

Esa presentación penal que hizo la mujer el 20 de abril de 2001 terminó en la condena que acaban de imponerle los jueces de la Sala IV de la Cámara Penal al boxeador E.R., de 40 años. Le imputaron el delito de abuso sexual agravado por la duración y el vínculo. Según la condena, R. comenzó a abusar de sus hijas cuando aún no tenían 13 años: las desnudaba, las manoseaba y las obligaba a que le practicaran sexo oral.

Esas prácticas se extendieron desde abril de 2000 hasta el año siguiente en su casa al norte del Gran Rosario. En ese lapso, el hombre les prohibió a sus hijas que hablaran entre ellas, para evitar que se contaran mutuamente los abusos sufridos. También, según contaron las menores, las golpeaba y amenazaba para que mantuvieran en secreto esos contactos. Todo ello, además, ocurría "dentro de un ámbito de violencia familiar en el que R. tenía sometido a todo el entorno", según el fallo.

El lunes de 16 de abril de 2001, la esposa de R. supo que el hombre estaba sus dos hijas mayores sufrían abusos sexuales y decidió escapar del hogar. La mujer primero acudió con sus siete hijos al hogar Alicia Moreau de Justo, de la Municipalidad de Rosario, para "preservar su integridad física y la de su familia".


Denuncia de violencia familiar
Recién entonces formalizó una denuncia por maltrato y abuso sexual. La mujer contó que R. la golpeaba desde que empezaron a vivir juntos, 16 años antes, y dijo que la violencia había ido en aumento con el paso de los años. Su hija L., de 14 años, contó que su padre siempre había sido muy violento con ella y sus hermanos. Que desde los 13 años la desnudaba y manoseaba cuando la madre salía a trabajar. "Le pegó a mi hermana K., de 5 años, porque se había orinado en la cama. Un día me ahorcó contra la pared. Hacía todo bajo amenazas de que no le contara a mi mamá".

Su hermana G., de 12 años, reveló que los abusos se producían cuando no había nadie en la casa. "Ocurría casi todos los días. Cuando le preguntaba porqué lo hacía, me contestaba que para hacerle mal a mi mamá". Un hermanito más chico dijo que su padre lo golpeaba con "palos, cintos alambres y mangueras".

Tras la denuncia, el boxeador fue apresado el 26 de abril de 2001 en el obrador del puente Rosario-Victoria, donde trabajaba. Su relato fue aún más crudo: reconoció que muchas veces golpeaba a su esposa porque "no era una buena guía para sus hijos". Si bien negó los abusos, admitió que les pegaba "un par de cintazos cuando hacían algo grande, no por cualquier cosa".

El imputado fue condenado por el juez de Sentencia Ernesto Giraudo en octubre del año pasado. Como su abogado planteó la nulidad del proceso, el caso llegó a la Cámara de Apelaciones en lo penal, que decidió confirmar la condena.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados