| miércoles, 14 de julio de 2004 | Editorial Peligrosos dueños de perros El caso se produjo el pasado martes 6 de julio: esa noche, en la esquina de Ocampo y Paraguay, dos perros de raza fila brasileño se abalanzaron contra un can de menor tamaño al que su dueño estaba paseando. El hombre, en lógica reacción, levantó a su mascota del suelo y la alzó en brazos para salvarla de una agresión que hubiera sido letal. Pero los dos agresivos animales, que deambulaban solos y sin bozal, lejos de calmarse lo atacaron ferozmente y le provocaron heridas, las que pudieron haber sido muy serias de no mediar la providencial actitud de una vecina que le permitió refugiarse -corriendo riesgo personal- en su domicilio. Aunque pudiera parecer, en una lectura superficial, menor o anecdótico, el suceso pinta con nitidez la desaprensiva conducta de muchos propietarios de perros en la ciudad que no cumplen con las más elementales normas y provocan así serios riesgos para la comunidad rosarina.
La víctima del hecho descripto envió a La Capital un relato del dramático momento que vivió, que fue publicado ayer en la sección Cartas de los Lectores. En esa misiva, además de expresar su agradecimiento a quienes se solidarizaron con él, también vierte reflexiones sobre los disparadores de la preocupante situación acerca de cuya certeza resulta imposible expresar una duda. "En los últimos años la ciudad, y seguramente el país, se han transformado en Jurassic Park -dice-: los rottweiler, pit bull, dogo argentino, mastín napolitano, dogo de Burdeos, bull terrier, fila brasileño. El núcleo del problema radica en algunos propietarios irresponsables, inconscientes, anestesiados, que no comprenden la peligrosidad de sus actos".
Y por cierto que la contundente imagen ("Jurassic Park") posee sustento: ante el auge de la inseguridad, muchos argentinos han optado por adquirir -con el objetivo de protegerse a sí mismos, su familia y sus bienes- canes de probada agresividad, a los que en no pocos casos distan de brindarles el hábitat y entrenamiento adecuados. Las consecuencias están a la vista.
Lo más grave, sin embargo, es la carencia de controles estatales para evitar que suceda lo que sucede. Por cierto que su implementación no resultaría sencilla, pero todo indica que ante la reiteración en la ciudad de agresiones a personas protagonizadas por perros peligrosos la discusión sobre el tema debe darse de inmediato en los ámbitos que corresponde. Y entre ellos debería figurar en primer plano el Concejo Municipal. enviar nota por e-mail | | |