| miércoles, 14 de julio de 2004 | Shiítas y sunitas amenazaron de muerte al jefe de la red terrorista en el país Aumenta en Irak la fractura entre las milicias y los extranjeros de Al Qaeda Referentes de la resistencia condenan los coches bomba y las masacres de iraquíes de los qaedistas Bagdad. - Organizaciones shiítas se han formado recientemente para liquidar a terroristas extranjeros dirigidos por el jefe de Al Qaeda en Irak, Abu Mussab al Zarqawi, y a seguidores de Saddam Hussein, según publica el diario Al Bayna. Este anuncio se suma a las amenazas lanzadas contra Zarqawi y los terroristas extranjeros que actúan en Irak hechas la semana pasada por un autodenominado Ejercito de Salvación. Este segundo grupo sería sunita y respondería a los rebeldes de la ciudad de Falluja fieles a Saddam, según analistas militares. Los dos episodios pueden anunciar la ruptura entre la guerrilla iraquí, tanto la shiíta como la sunita, y los extranjeros de Al Qaeda, tal como espera el nuevo gobierno.
Las organizaciones shiítas que ayer amenazaron a Zarqawi "serán aliados naturales del primer ministro iraquí, Iyad Allawi (shiíta), con el objetivo de liquidar a todos los elementos que amenazan la seguridad y soberanía del país", dijo al diario Al Bayna un ex miembro del disuelto Consejo de Gobierno iraquí, que precedió al actual Ejecutivo. El periódico, del partido Hezbolá, añade que estas organizaciones shiítas incluyen "bajo su manto" a fuerzas sunitas, kurdas y turcomanas, que ya han iniciado su misión de atacar a las células de grupos extranjeros. "Estas organizaciones secuestrarán o matarán a los elementos leales a Saddam y Zarqawi que han reaparecido con nuevos lemas y partidos. Asimismo, ofrecerán resistencia a los abogados árabes que pretendan venir a Bagdad para defender a Saddam", informa Al Bayna.
El Hezbolá iraquí se formó en los años 80 en la clandestinidad para luchar contra el régimen del Partido Baaz y Saddam Hussein. Desde la caída del régimen constituye un partido legal, aunque no participa en el gobierno de transición.
Más allá de las especulaciones políticas que pueden hacer el gobierno interino y las autoridades de ocupación norteamericanas, es un hecho que entre la población iraquí existe un fuerte rechazo hacia las acciones terroristas indiscriminadas, que causan matanzas entre los propios iraquíes. También se registra creciente rechazo a los ataques contra oleoductos, ya que se destruye infraestructura vital del país.
Un informe de un enviado del The New York Times registra un panorama de esta ruptura. Un hombre cercano a la resistencia sunita, el profesor Rashid, residente en Samarra, en pleno corazón del "triángulo sunita", afirma que los coches bomba contra civiles "ha dañado la reputación de la resistencia" y ahora esta trabaja para aislar a los terroristas extranjeros, precisamente lo que busca el gobierno. Rashid agrega que se llevará la lucha fuera de las ciudades para "que la gente inocente no sea asesinada".
El primer indicio de ruptura formal llegó la semana pasada, cuando un autodenominado Ejército de Salvación envió un video con amenazas contra Abu Musab Al Zarqawi, jefe de Al Qaeda en Irak. Según la inteligencia militar estadounidense este grupo pertenece a la resistencia iraquí que tiene su plaza fuerte en la ciudad de Falluja. El mismo día llegó la réplica: en un sitio de Internet islamita un comunicado atribuido a Zarqawi amenazaba a la influyente Asociación de Clérigos Musulmanes, grupo sunita que medió en numerosos casos de secuestro de extranjeros. Finalmente, ayer se conoció la declaración de guerra de los shiítas contra el sunita Zarqawi, pero también contra los seguidores de Saddam y el Baaz.
La vía política en 2005 El premier Allawi y otros altos funcionarios se han encontrado con ex dirigentes del Baaz que actúan en la resistencia, así como con líderes tribales que la apoyan, para convencerlos de alejarse de los extranjeros y de la lucha armada. "Hemos negociado con los que llamo no-criminales, aquellos que no son del estilo de Al Qaeda", admitió el primer ministro. "Por otra parte, somos muy firmes con los criminales, los asesinos y terroristas", advirtió.
La apuesta mayor del gobierno y de los estadounidenses es que las guerrillas sunitas y shiítas opten por la actividad política en vistas de las elecciones generales de enero de 2005. Pero hay un escollo que divide a ambas ramas del islamismo: mientras los shiítas, 60% de la población, están seguros de ganar las elecciones, los sunitas, acostumbrados desde los tiempos del Imperio Otomano a ejercer el poder en Irak, temen perder su influencia, ya que sólo suman 25% de los iraquíes. Su esperanza radica en las promesas que pueda hacerles el flamante presidente de Irak, sheik Ghazi Al Yawar, sunita y jefe de un clan muy influyente no sólo en Irak sino en toda la región.
Por ahora, como dice Abdul Satar al Samarrai, líder de la Asociación de Clérigos Musulmanes, los milicianos iraquíes tienen claro que deben concentrarse en luchar contra los soldados norteamericanos y sus aliados pero diferenciarse de los terroristas extranjeros y sus masacres de civiles iraquíes. "Apoyo a la resistencia honesta y verdadera que debe continuar, pero no el caos, ni el asesinato de civiles y policías, ni el sabotaje de nuestra infraestructura", comenta el alto religioso sunita. enviar nota por e-mail | | Fotos | | la policía iraquí detuvo el lunes a delincuentes comunes. | | |