La atención mediática a Edwards y la convención demócrata la afectarán

La campaña republicana ante un mes difícil

El contraste entre los dos vices favorece a Kerry, que podría ganar hasta 15% en los sondeos

Washington. - El equipo de campaña del presidente republicano George W. Bush espera un mes de julio difícil, debido a que el demócrata John Kerry se beneficiará de la publicidad que le dará la designación de su compañero de fórmula, John Edwards, y la convención del Partido Demócrata. El efecto combinado de estos dos factores podría dar hasta 15 puntos a Kerry según analistas. Actualmente el demócrata se sitúa en empate técnico en los sondeos frente a Bush (45% a 44%).

Kerry anunció ayer que Edwards será su vicepresidente si gana la elección presidencial del 2 de noviembre. Ambos serán oficialmente designados como candidatos del Partido Demócrata durante la convención del partido en Boston (Massachusetts) a fines de julio.

"Un examen de los sondeos de Gallup para las elecciones presidenciales a partir de 1976 muestra que la nominación del vicepresidente de la fórmula desafiante y la convención pueden tener un muy sensible efecto en los sondeos", afirmó Matthew Dowd, el estratega de la campaña republicana. "Un análisis histórico indica que John Kerry avanzará 15 puntos o más después de su convención", agregó.

Bush reaccionó positivamente a este anuncio: "Me alegro de que el senador Edwards esté en la fórmula" demócrata, dijo, subrayando que su propio vicepresidente, Richard Cheney, llamó ayer mismo a Edwards para felicitarlo.

Kerry, de 60 años, y Bush tienen casi la misma edad -el presidente festejó el martes sus 58 años. Pero Edwards tiene 51 y es mucho más joven que Richard Cheney de 63 años y con varias crisis cardíacas encima. Cheney tiene un carácter sombrío y cerrado, mientras que Edwards muestra una sonrisa desbordante y un gran optimismo.

Ambos participarán en debates cara a cara en el marco de la campaña. Habitualmente la elección del vicepresidente no tiene mayor impacto en la elección presidencial, pero la animosidad que suscita Cheney entre los demócratas y el hecho de que Kerry y Bush estén cabeza a cabeza en los sondeos le confiere a su designación una importancia excepcional.


¿Cheney se bajaría?
La prensa estadounidense se hace regularmente eco de los rumores que afirman que los días de Cheney en la fórmula presidencial están contados debido a sus posiciones demasiado conservadoras, que perjudicarían al presidente. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, debió desmentir ayer esos rumores. "La elección del presidente es bien conocida. Richard Cheney es un miembro destacado del equipo presidencial", enfatizó.

La convención republicana, que debe designar a Bush y Cheney como candidatos oficiales del partido recién tendrá lugar a fines de agosto en Nueva York. Esa fecha tan tardía otorga dos ventajas al candidato republicano.

En primer lugar, el presidente y el vicepresidente podrán seguir recaudando fondos para financiar la campaña hasta el momento de la convención. Después de ésta, deberán, al igual que Kerry y Edwards un mes antes, contentarse con los 75 millones de dólares de fondos federales para cada una de las fórmulas hasta el momento de la elección.

En segundo lugar, Bush y Cheney también se beneficiarán de su presencia en Nueva York cerca del tercer aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, donde se volverán a presentar como los únicos candidatos capaces de defender a Estados Unidos de nuevos ataques. (AFP)

Bush se prepara para un julio en baja ante Kerry.