![Institucional](../../../../imagenes/institucional.gif) | miércoles, 07 de julio de 2004 | Florcita silvestre del arrabal La pelirroja Ximena Rojas, teñida tras el aluvión de la propaganda televisiva, vivía a los saltos, "como pulga de tapera", reza el dicho popular. Cobraba ese miserable plan de jefas y jefes de hogar, y hasta ese día acarreaba una historia de "naifa facilonga" que al toque de la guiñada, arrancaba sin pensarlo siquiera hacia el telo más cercano. Por algo y en tren de divertimento, con menos de treinta años "ya la gambeteaba a la davi", con la dicha o la cruz de darle de morfar a cinco cachorritos que llegaron como angelitos, uno atrás de otro, "como escupida de esos que chican tabaco". De tez trigueña y semblante psicológico con perfil de criollita de los arrabales latinoamericanos, mucho faso, cerveza y sosiego, Ximena se dejaba llevar por la filosofía de estos primeros días del novísimo milenio. Días que exhiben lo de siempre, anacronismo, fastuosidad, promiscuidad, introspección y salvajismo propio de la Edad Media en pleno auge de la globalización. Pero por suerte, según dice, a ella todo lo que ocurre la tiene sin cuidado, y además está segura que Dios es argentino y Boca la cumbia villera.
Felipe Demauro
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