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 domingo, 04 de julio de 2004

Gringo viejo
¿Te acordás, hermano?... de José Vitali
El ex fulbá derecho de Newell's en los 50 es un personaje que vive hace más de 60 años en Ovidio Lagos y Biedma

Miguel Pisano / La Capital

"Fútbol y arena en los ojos". Así define el Gringo Vitali la típica vida de los hijos de los inmigrantes que poblaron los bravos pagos del barrio Alvear desde mediados del siglo pasado. "Fútbol porque era nuestra vida. Y arena en los ojos porque siempre vivimos construyendo", resume el ex fulbá derecho de Sport Tigre, Newell's, Gimnasia de Mendoza y tantísimos equipos del interior.

José Andrés Vitali, aquel fulbá derecho de Newell's de la década del 50, nació el 16 de marzo del 36 en el barrio Moderno, pero de pibe los viejos se mudaron a barrio Alvear, donde vive hace más de 60 años. Sus padres Irma y Humberto eran italianos de Venetto y Ascoli, que llegaron de jóvenes y comenzaron con un horno de ladrillos en la zona de la ex Fábrica de Armas y con una quinta donde ahora está la fábrica de aceites Patito. "No sabés lo que era esa quinta. Iban cinco veces al Mercado del Abasto con verdura", resume el Gringo la vida de antaño, en la época en la que los quinteros entraban con sus carros por Ovidio Lagos y paraban en los almacenes de sus paisanos Ceresetto, en Arijón; Vitali, en Biedma; en el otro Vitali, de bulevar Seguí y Felipe Moré, y en el hospedaje Cambiaso, en Pasco al 1.100, frente al viejo Mercado del Abasto.

"Desde el 44 acá teníamos el «Almacén, recreo y bar de Humberto Vitali», con palenque, dos canchas de bochas, ramos generales, mostrador de estaño y despacho de bebidas. Vendían de todo, hasta cuerdas de guitarra. Acá paraban todos: los quinteros, los basureros y los ladrilleros porque esta zona eran todas quintas y hornos de ladrillos", pinta el Gringo el paisaje del barrio Alvear a mediados del siglo pasado.

"Los hornos de ladrillos eran la gran industria de Rosario hasta el 40. Cuando vivía en Barrio Moderno, mi viejo tenía un Dodge 28 y llevaba ladrillos hasta al Monumento a la Bandera", se ufana el Gringo.

Vitali empezó a jugar en el barrio, "con arcos de caña con hilo sisal porque acá huecos eran los que sobraban. Enfrente eran todos cañaverales. Primero fui al San José y después al Mariano Moreno, donde empecé a jugar en el intercolegial, siempre de fulbá derecho", recuerda sus comienzos.

En el 52 Tigre y Morning Star jugaron la final del torneo Evita en la cancha de Newell's, que estaba llena, pero cuando los vecinos le preguntaban al viejo Vitali por el pibe, el Gringo los sacaba de vuelo: "Ma' qué final. Ese atorrante que vaya a estudiar". Cómo serían los viejos que jamás fueron a verlo jugar. "Para colmo los marchegianos son durísimos, chacareros. Mi mamá era un poco más abierta, mucho más pacífica, pero mi viejo era muy jodido", recuerda José los bravos tiempos en los que iba al colegio "en el tranvía 26 y después repartía pedidos del almacén con la bicicleta portacanasto".

Su primer club fue Sport Tigre, de la séptima, el equipo del Tuerto García -el gallego que era el almacenero de Italia y Riobamba-, que se destacó en la década del 50, junto al recordado Sportivo Pasco, de Pancita Biagioli. "Muchos clubes no siguieron porque se terminaron los delegados, que eran los bastiones. Como jugamos la final en cancha de Newell's, algunos nos enganchamos ahí y otros fueron a Tiro Federal, que tenía la cancha en 27 y Moreno", asegura José.

Vitali jugó siete años en Newell's, en todas las divisiones. "Salimos campeones en quinta, dos años en cuarta especial y otro en la local. La cuarta especial campeona formaba con Massaro; Vitali y Ledesma; Tour, Bustamante y Fregenart; Pereyra, Bucchiniani, Henry Hernández, el Loco D'Alessandro y Grant. La tercera practicaba con la primera porque éramos más pibes y los respetábamos más, a diferencia de la reserva, que los cagaban a patadas por el puesto", confía Vitali.

En realidad, el Gringo jugó en Newell's pero en la primera sólo disputó partidos amistosos y giras por el interior, en aquel equipo en el que actuaban el Cabezón Puppo y el Piojo Yudica: "No jugué en primera porque adelante tenía cinco fulbás: Griffa, Semprini, Danelutti, Echeverría y Coronel. Era imposible".

Vitali jugó un año en Gimnasia y Esgrima de Mendoza, donde salieron campeones, de donde volvió a poner la zapatería y casa de deportes que tiene desde hace 45 años, para después jugar en el campo y hasta en Los Rojos, del interno de Provincial. Socio fundador del Club de Leones, los rotarios están por donar una sala de computación a la escuela del barrio Acíndar.

Y el propio Gringo confía la carrera del jugador que no llegó a cumplir el sueño de debutar en primera: "Había grandes jugadores en todos los barrios. La suerte está siempre del lado de los mejores, el que se destaca es por alguna condición. Qué se yo. Había más olor a huecos".

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"No sabés lo que era para nosotros una pelota de goma", confía Vitali.

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