Cobra fuerza el proyecto del ascensor espacial

Lo que estaba reservado para el plano de la ficción, ahora es abordado seriamente por los científicos

Científicos e ingenieros estadounidenses se encuentran reunidos en Washington para darle vida a un proyecto que hasta el momento solamente tuvo lugar en la ciencia ficción, el ascensor espacial, que usarán para elevar naves al espacio de forma segura y menos costosa que los cohetes.

La idea, que hace años sólo estaba en la mente de visionarios y escritores, es tomada cada vez más en serio, sobre todo teniendo en cuenta las instituciones que participan del encuentro en Washington.

Participan de las deliberaciones el Laboratorio Nacional de Los Alamos, el Centro Marshall de la Nasa, el Nasa Institute for Advanced Concepts y la National Space Society, según un informe presentado por este último organismo.

El ascensor espacial consiste en un cable ultrarresistente y liviano fuertemente anclado en una plataforma oceánica flotante en el ecuador terrestre, con un contrapeso en otro extremo de modo que tense el cable mediante la fuerza centrífuga ejercida por la rotación de la Tierra.

El material de ese supercable tal vez ya exista en forma de nanotubos de carbono. Aunque bastante complicado en cuanto a su construcción (y por ahora muy caro), el funcionamiento es sencillo: las naves o astronautas "treparían" o descenderían por el cable hasta el espacio o del espacio hacia la Tierra.

Los desafíos que plantea el proyecto son casi tan grandes como sus ventajas: desde fabricar cables de nanotubos de grandes longitudes, mecanismos de elevación, solucionar la amenaza de los impactos de basura espacial, así como otros importantes asuntos de seguridad, tecnología, costo o regularización política.

En la reunión de esta semana se están detallando procesos de fabricación de los nanotubos, con importantes avances sobre la fabricación y trenzado al modo de los hilos que configuran una cuerda.


La clave: los nanotubos
Los avances en los procesos de fabricación de los nanotubos de carbono son claves en cuanto a la viabilidad del ascensor espacial en los años próximos. Se trata de fabricar gran cantidad de este material a un costo mucho más bajo y con mejoras en su resistencia.

En los últimos años, el costo por kilogramo de los nanotubos bajó de manera exponencial y es previsible que esta tendencia continúe en el futuro.

Si se consigue fabricar este ascensor sería posible enviar al espacio satélites de todo tipo, naves tripuladas, sondas y otras estructuras utilizando ascensores eléctricos. Un proyecto que ya en sí mismo, muestra el mundo que está por venir.

De concretarse, sería posible enviar cinco toneladas diarias a todo tipo de órbitas o establecer plataformas científicas en órbitas concretas, así como enviar todo tipo de sondas que luego viajarán a la Luna, Marte, Venus o a los asteroides.

Si bien el concepto tiene importantes dificultades para su realización, sus entusiastas recalcan que la Luna también parecía inalcanzable a mediados del siglo XX o que hoy orbitan la Tierra en viajes casi rutinarios en la Estación Espacial Internacional (ISS). (Télam)