A la memoria de un gran médico

Estas líneas están dedicadas a la memoria del doctor Néstor Ikeda Artacho, quien honró al servicio de traumatología y a todo el Hospital de Emergencias Doctor Clemente Alvarez con su paso por allí. Hace tres años ya que no está de cuerpo presente, pero su alma y su recuerdo caminan paso a paso al lado de los míos y es imposible no sentirlo en mi corazón, si con sólo cerrar los ojos recuerdo todos y cada uno de los momentos que pasamos juntos. Le recuerdo en absoluta tranquilidad, porque sé que no quiso irse y no quise que se fuera, simplemente fue el destino quien lo llevó. El mismo que siete años atrás puso en mi camino a la mejor persona que he conocido en mi vida, a la cual le voy a estar tremendamente agradecida por haberme dado el honor de recibir de su parte amistad, alegría, buena onda y un poco de cada una de sus infinitas virtudes. Además de todo eso me dejó la enseñanza de que aun hoy, en este mundo frío y falto de valores, las buenas personas todavía existen. Nos demostró a todos que de verdad existen los obstáculos pero pudo contra los que se interpusieron en su camino. El último le arrebató la vida, pero me dejó lo mejor de nuestra amistad, así como el afecto y el cariño que es muy sincero. Por todo esto y por miles de motivos más prometo nunca jamás olvidarlo y llevarlo siempre en mi corazón como lo que fue y de por vida será: mi amigo. Con lágrimas en los ojos pero alegría en el corazón me despido con un hasta pronto, amigo.

Diego Avila