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 domingo, 27 de junio de 2004

Lecturas
El paseo del escritor que temía salir de su casa
Novela. "Locus Solus", de Raymond Roussel. Interzona, Buenos Aires

Fernando Toloza / La Capital

Raymond Roussel (1877-1933) fue un escritor francés cuyo legado aún sigue generando interés y extrañeza. Quería ser un autor famoso, pero sólo logró convertirse, en su época, en un excéntrico y en el precursor de artistas insospechados por él. En los comienzos del siglo XX su obra fue novedosa aunque su intención no haya sido la de ser un vanguardista. Sin embargo sus textos sedujeron justamente al surrealismo e incluso influenciaron de una manera sugestiva a Marcel Duchamp. A tal punto que la obra de Duchamp puede verse por momentos como una puesta en escena de la imaginación de Roussel. Y según cuenta la biografía duchampiana, el autor de "El gran vidrio" decidió dejar la pintura en Munich después de ver una teatralización de "Impresiones de Africa", una obra de Roussel.

"Locus Solus" (1914) relata un paseo fantástico por la propiedad de Martial Canterel, una suerte de sabio, aventurero, filósofo, inventor y sujeto un tanto perverso. La propiedad se llama Locus Solus y Canterel disfruta mostrándoles a diversos invitados las curiosidades que tiene dispersas por su gigantesco jardín. En algún sentido, "Locus Solus" comienza donde termina el "Cándido" de Voltaire, con un hombre que tras el maltrato del mundo decide cultivar su jardín. Roussel saca unas conclusiones extrañas de la premisa volteriana y el jardín, aunque sigue siendo un mundo apacible, se convierte en un muestrario de monstruosidades. Todo está bajo control en el jardín de Canterel, pero algunas de sus máquinas, como la de sacar dientes, tienen un extraño parecido con la máquina de "En la colonia penitenciaria", de Kafka. Y por tanto, permanecen como una amenaza silenciosa.

Roussel expande el relato de una manera curiosa. "Locus Solus" es el paseo por un jardín en una sola tarde. El ir de una a otra de las curiosidades que tiene el sabio se alarga con relatos de corte folclórico. Así, para explicar el origen de muchos de sus objetos, Canterel comienza una larga digresión que lleva al lector a tierras lejanas. La circunstancia biográfica de Roussel permite una lectura paradójica: todos estos viajes y paseos al aire libre fueron escritos por un hombre que tenía problemas con salir a la calle o de paseo. Los biógrafos de Roussel, entre ellos François Caradec, han asegurado que el autor de "Locus Solus" padecía de agarofobia, es decir, terror a los espacios abiertos.

Una paradoja más en la vida de Roussel, quien desde su primera obra, "La Doublure" -editada por Lemerre, el editor de los parnasianos-, no pudo dejar de pensar en una carrera fracasada por la falta de reconocimiento y que, para sus biógrafos, fue el principal motivo del suicidio del autor en 1933. Paradoja también es que su personaje favorito haya sido Philéas Fogg, el protagonista de "La vuelta al mundo en 80 días", de Jules Verne. Un viajero incansable frente a un hombre al que no le gustaba salir y que tenía su vida ordenada de una manera extraordinaria. François Caradec cuenta, como ejemplo de esa obsesión rousseliana por el orden, que el autor de "Locus Solus" se sentaba a la mesa a las 12.30 y permanecía en ella hasta las 17.30. El motivo era respetar el ritual de la comida y su deseo de tomar sin interrupciones el almuerzo, la merienda y la sopa de la noche.

Intentar contar "Locus Solus" o "Impresiones de Africa" es una tarea casi imposible. Es un desborde de situaciones, de personajes, de máquinas e inventos. Todo encadenado en una lógica que convierte a Roussel en un autor ideal para erigirse en objeto de culto, porque en cada página hay algo para descubrir, y cada nueva lectura hace reparar en algo que no se había podido captar por el despliegue, por momentos barroco, de su imaginación. El mismo Roussel llegó a ser consciente de esta particularidad y quizá por ello preparó el volumen "Cómo escribí algunos de mis libros", que puede ser tanto una demostración vanidosa como una llave para acceder a un universo que atrajo a pensadores como Michel Foucault y a escritores como Samuel Beckett.

"Locus Solus" se publica por primera vez en la Argentina. La traducción de la presente edición es de Marcelo Cohen. La versión de Cohen ya había sido publicada hace un par de años en España por otra editorial. Ahora, afortunadamente, se puede disfrutar de su excelencia en la Argentina.

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