| domingo, 27 de junio de 2004 | Por afuera de la Universidad El año pasado, Beatriz Sarlo resolvió dejar la cátedra de Literatura Argentina, que dictaba en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. "A la luz de los acontecimientos actuales -dice- pareciera que yo me fui para que no me pasara lo que pasa con la cátedra de Luis Alberto Romero (N. de R.: se abrió una cátedra paralela). Pero si bien el clima de la UBA no me era atractivo, yo trabajaba muy bien con mi equipo. La dejé por razones más bien biográficas".
Fue el momento en que cumplía veinte años como docente en la Universidad de Buenos Aires. "Como parte de los reflejos generacionales vinculados al pasado -que uno conserva, dado que no molestan a nadie-, pensé que no estaba programada para estar veinte años en una institución. Al mismo tiempo pensé que había terminado un ciclo en la UBA, que ya no tenía mucho más que hacer y que no quería repetir burocráticamente lo que hacía. Me di cuenta que alguna gente de mi equipo ya estaba llegando a la edad que yo tenía cuando me hice cargo de la cátedra de Literatura argentina. Esto no sería un problema en una universidad que puede multiplicar sus cargos pero en una universidad donde, por razones de presupuesto, el profesor titular tapona el ascenso de toda la gente que tiene abajo, yo me di cuenta de que la gente que estaba conmigo estaba perfectamente preparada para trabajar y no iba a tener la posibilidad de competir por ese cargo. Mi decisión surgió de un conjunto de razones que tenían que ver con empezar otra cosa, con dar clase en otros lugares, algo nuevo, no burocratizarme. El único punto de continuidad que yo no dejaría en mi vida es Punto de Vista. Todas las demás cosas pueden ser cambiadas sin aviso". enviar nota por e-mail | | |