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 sábado, 26 de junio de 2004

Editorial
China, puerta al futuro

El viaje que inició anteayer el presidente Néstor Kirchner, quien partió hacia China en compañía de una numerosa e importante comitiva que incluye al gobernador santafesino Jorge Obeid, reviste una trascendencia mucho mayor que la que una lectura superficial podría conferirle. Es que el gigante asiático crece a una tasa del ocho por ciento anual desde hace una década y los especialistas prevén que a mediados de este siglo se convertirá en la principal potencia económica del planeta.

El objetivo del periplo del jefe del Estado, quien no casualmente lo emprendió junto a un grupo integrado por siete mandatarios provinciales y la insólita cifra de doscientos cincuenta empresarios, es justamente la apertura de nuevos mercados para los productos nacionales. En 2003 la Argentina exportó hacia China por un total de 2.443 millones de dólares, gracias fundamentalmente a la venta de soja, laminados de hierro, acero, pieles y cueros. Pero la idea es incrementar ese flujo, ya que la milenaria nación es la que absorbe la mayor cantidad de productos agroalimentarios en el globo.

Los hombres de negocios que viajaron con el presidente -que rondan el cuarto de millar- constituyen una embajada tan representativa como oportuna: se insiste, China crece a un ritmo elevado, que -tal como lo recordó el gobernador bonaerense Felipe Solá (también abordó el avión presidencial, junto a Obeid y sus pares cordobés, mendocino, sanjuanino, jujeño y santacruceño)- equivale por año al total del producto bruto argentino.

Después del quiebre de la convertibilidad y la declaración del default, nuestro país modificó de plano el rumbo económico y pasó de ser fuertemente aperturista e importador a un modelo más cerrado, que busca fortalecer el perfil exportador e impulsar el consumo interno. Por cierto que ese giro era necesario, pero no debe confundírselo con una actitud hostil hacia el mundo que nos rodea. La globalización -se lo quiera o no- es un hecho. Defenderse de sus aspectos negativos no tiene por qué asimilarse con el autismo.

En el marco de la dura negociación con los bonistas, y mientras el frente interno dista de hallarse en calma, el viaje presidencial a China debe ser visto como un valioso intento de abrir nuevos horizontes económicos. Provincias como Santa Fe deberían sacar adecuado rédito de esta iniciativa y el gobernador Obeid, sin dudas, es consciente de la oportunidad que se presenta. Ojalá los objetivos que se ha propuesto la misión argentina se cumplan plenamente. Será para indudable beneficio de toda la ciudadanía.

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